La mayoría de las regiones mostró una desaceleración en el tercer trimestre del 2022 frente a la primera mitad del año debido al menor desempeño de los sectores primarios, sobre todo minería, lo cual fue parcialmente contrarrestado por la aceleración de la inversión pública. Para el 2023, este impulso en la construcción se disiparía ante el cambio de autoridades regionales y locales. En particular, las regiones del sur enfrentan el mayor riesgo debido a los daños a la infraestructura pública y privada, y las secuelas de la paralización de actividades productivas ante las recientes protestas.
Desaceleración regional
En el tercer trimestre de 2022, las economías de 17 departamentos mostraron un crecimiento inferior al de la primera mitad del año. Una de las regiones más afectadas fue Ica. La actividad económica de esta región pasó de un crecimiento promedio de 10,8% en la primera mitad de 2022 a una contracción de 3,0% en el tercer trimestre, siendo la mayor desaceleración entre todos los departamentos del país. Si bien este resultado refleja un efecto base vinculado a los menores volúmenes de cobre (-31,1%) reportados por Mina Justa entre julio y agosto, el bajo desempeño estuvo también influenciado por la menor refinación de hidrocarburos líquidos como gasolina y GLP, que provocó una caída de 7,5% del sector manufactura.
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Otro caso de desaceleración regional es Tacna, cuya economía registró una reducción de 10,3% en tercer trimestre, luego de haber caído 1,4% entre enero y junio de 2022. Con ello, su actividad productiva acumula en el 2022 muestra un avance casi nulo respecto al 2019 (-0,3%). La mayor contracción responde a menores leyes de minerales en Toquepala, lo cual se tradujo en una menor extracción de cobre (-18,8%) y molibdeno (-55,7%), que concentran casi el 45% de la economía tacneña.
Por su parte, el crecimiento de Cusco pasó de 8,1% en la primera mitad del 2022 a una contracción de 0,1% en el tercer trimestre. Este resultado obedece al retroceso de 28% en la producción de líquidos de gas natural, actividad que concentra casi el 17% del PBI regional, y que fue afectada por mantenimientos y problemas operativos en los Lotes 56 y 88.
Regiones que mejoran
Desde el otro lado, Moquegua pasó de una contracción de 7% en el primer semestre del año a un crecimiento de 12% en el tercer trimestre, debido principalmente al incremento de la producción minera ante el inicio de operaciones del proyecto Quellaveco en setiembre. En esa línea, el sector manufactura creció 6% influenciado por la mayor refinación de cobre, así como el aumento de la elaboración de harina y aceite de pescado asociado a la segunda temporada de pesca.
En tanto, Apurímac pasó de caer 14% en la primera mitad del año a una contracción de 0,4% en el tercer trimestre. Por un lado, la mina Las Bambas retomó sus operaciones luego de estar paralizada en meses previos por la mayor conflictividad social. Asimismo, el sector construcción se expandió 19% por la inversión de los tres niveles de gobierno. Destacan la mejora y ampliación del sistema de riego en Andahuaylas por parte del Gobierno Regional, así como obras en el centro de salud del distrito de Ocabamba, en la provincia de Chincheros.
El repunte de la inversión pública ha contribuido significativamente con la aceleración del crecimiento en diversas regiones durante el tercer trimestre. Entre las siete regiones que más mejoraron, con excepción de Lambayeque, el gasto en obras públicas a cargo de los gobiernos regionales y locales mostró un incremento anual de 48,1% entre julio y setiembre de 2022, casi el doble que en las regiones que se desaceleraron en el tercer trimestre (24,8%). Además, la Reconstrucción con Cambios se triplicó frente al tercer trimestre de año pasado, generando un impulso en el sector construcción en las regiones del norte del país.
Perspectivas
Al cierre del 2022, el crecimiento regional enfrenta riesgos de mayor desaceleración. La reciente escalada de manifestaciones, a través del bloqueo de vías de transporte y daños a la infraestructura pública y privada, ha provocado la paralización de actividades productivas, principalmente en las regiones del sur. De acuerdo con la Defensoría del Pueblo, la zona sur ya registraba 150 acciones colectivas de protesta a noviembre de 2022, cifra superior a lo reportado en otras partes del país. Con la mayor intensidad de estas protestas en diciembre, el IPE estima que las regiones del sur habrían tenido pérdidas de producción diarias de hasta S/72 millones. Esta situación es particularmente relevante debido a que cinco de las ocho regiones con mayor desaceleración en el tercer trimestre son de la zona sur.
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Para el 2023, tal como ha ocurrido en episodios previos, el cambio de autoridades regionales y locales influirá negativamente en la ejecución de proyectos de gobiernos subnacionales, lo cual se traducirá en un menor desempeño del sector construcción. En los tres últimos inicios de gestión subnacional (2011, 2015 y 2019), la inversión pública subnacional presentó una caída de 19% en términos reales. Al respecto, se estima que, por cada 10 puntos porcentuales de caída en la ejecución de inversiones de gobiernos subnacionales, el sector construcción perdería de 2 a 3 puntos porcentuales de crecimiento. Así, 16 de las 19 regiones que presentaron una caída de la inversión pública en 2019 también exhibieron una contracción en el sector construcción.