Para Miguel Palomino, economista y presidente del Instituto Peruano de Economía (IPE), analiza el desempeño del actual gobierno y también de la situación económica para el próximo año.
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—El año de gobierno de la señora Boluarte se cumple en medio de turbulencia política. ¿En qué medida cree que esto afecta la confianza?
Agrega otro factor más que es negativo. Se necesita confianza y se necesita certidumbre. Asumamos que no se tiene confianza en un gobierno, pero tienes certeza de que se actuará de cierta manera. Entonces, uno se adapta. Pero, si no tienes idea de cuál va a ser el accionar del gobierno, eso socava la certidumbre. Cuando habla uno de confianza generalmente se refiere a confianza y certeza, pero la certidumbre y la confianza no son lo mismo.
—Durante este año además de El Niño, ¿hay otro factor a mencionar relacionado a la certidumbre?
Ella [Dina Bolaurte] llegó al poder de manera totalmente inesperada. Casi nadie era capaz de proyectar por donde iría, aunque lo poco que sabíamos no era bueno. Ella se vio forzada a romper con el gobierno anterior, pero nadie sabía en qué dimensión, ni en qué dirección, ni quién era.
—¿Por supervivencia?
Sabíamos que tenía que romper con el gobierno anterior, así sea por supervivencia y nada más. Entiendo que Boluarte no tiene ninguna convicción fuerte […] Seis meses antes de ser presidenta es que hace las declaraciones incendiarias en Europa contra la inversión privada.
"Creo que ella, Boluarte, tiene una tendencia naturalmente de tipo izquierdista, pero no tiene convicción. Por lo tanto, creo que la pueden convencer de que se tiene que hacer esto o aquello, pero con límites"
—¿Dina Boluarte tiene una tendencia política de izquierda? ¿Su gobierno refleja esta tendencia en su política económica?
Creo que ella tiene una tendencia naturalmente de tipo izquierdista, pero no tiene convicción. Por lo tanto, creo que la pueden convencer de que se tiene que hacer esto o aquello, pero con límites. Dado que ella en general no habla mucho, esto ayuda a la falta de confianza y la incertidumbre. Como ella accedió al gobierno como accedió, la única cosa que puede dar confianza es que ella se exprese con convicción sobre lo que va a hacer.
—¿No tiene convicción o no lo entiende?
No tiene convicción porque no lo entiende. Cuando Alan García estaba en su primer gobierno y todo era un caos, el ministro de Economía Abel Salinas le presenta un plan de estabilización que era más o menos razonable. Y García le dijo “no, a tanto no puedo llegar. Hagámoslo a la mitad”. Y eso es lo peor que puedes hacer porque si haces solo la mitad de lo necesario, tienes todos los costos, pero ninguno de los beneficios.
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—¿Diría que el año del gobierno de Dina Boluarte ha sido de izquierda, de derecha o uno indeciso?
No es de extrema de izquierda como era el de Castillo, una extrema izquierda además ladrona. Pero, hay ahí quienes –en el Gobierno y en el Gabinete– no tienen ninguna convicción sobre el libre mercado, por ejemplo.
—¿Cómo percibe el manejo económico del MEF y en general del Gobierno? Lo que hemos vivido en el 2023, esta recesión en la que estamos, ¿qué tanto tiene de factor local y qué tanto tiene de factor externo?
Creo que Alex Contreras ha hecho un buen trabajo tratando de moderar las tendencias que ya existían en la medida de sus posibilidades, pero está luchando contra algo imposible. Y eso es sin considerar que el Congreso continuamente le pone zancadillas, pero ese es otro tema. El ministro de Economía hoy día no tiene tanta fuerza como ha tenido el ministro de Economía en el pasado. Sí trata de convencer a la presidenta o al primer ministro de que hay que hacer ciertas cosas, pero a uno de los dos o a los dos no los convence del todo. El está actuando dentro de su poder, en general, bastante bien, pero nadie conoce cuáles son las limitaciones de su rol, cuánto es lo que la presidenta le dice “acá no” o “sí podemos hacerlo”. Lo que vemos es el resultado final. Yo tengo que creer que ese resultado final es más por la actitud de fondo de la presidenta y quizá del primer ministro, que es: “está bien, hagamos esto, pero no llego a tanto”. Aparte está el tema de que todo gobierno tiene que actuar como un equipo y no lo está haciendo.
"¿Qué puede hacer el Gobierno para convencernos de que va a estar bien el Perú a partir del 2026? Lo que genera desconfianza es la situación del Perú"
—Ha dicho que el titular del MEF está luchando contra lo imposible, ¿qué es lo imposible?
La falta de confianza que ya existía. Supongamos que el Gobierno da señales maravillosas y todo el mundo se convence que termina su mandato el 2026. Pero, ¿después? ¿Después qué? ¿Qué puede hacer el Gobierno para convencernos de que va a estar bien el Perú a partir del 2026? Lo que genera desconfianza es la situación del Perú. Dentro de la situación del Perú, el Gobierno es una parte muy importante, pero el siguiente gobierno es casi igual de importante. ¿Qué puede hacer el Gobierno de Boluarte para convencernos de que el siguiente Gobierno va a ser razonable? Nada.
—¿Qué podemos esperar para el 2026?
Ni siquiera queda claro que va a llegar al 2026. Queda bastante claro que hasta el 2025 sería bien difícil que cambie el Gobierno pero después nadie sabe.
—¿La recesión será bastante más larga que la que el Gobierno considera?
La recesión debe medirse trimestre a trimestre. Tradicionalmente, se ve con las cifras del año previo, pero en lo que de verdad deberíamos fijarnos es cuál es la tendencia secuencial. Estamos entrando y saliendo de un PBI negativo secuencialmente desde el cuarto trimestre del año pasado. Ya habría pasado lo peor y este cuarto trimestre creceríamos secuencialmente, pero entonces llega el primer trimestre del 2024, y con la incertidumbre de El Niño, va a ser difícil, probablemente negativo. En todo caso, el crecimiento, si es que lo hay, está siendo anémico y ese crecimiento anémico nos va a marcar hasta el segundo trimestre del próximo año.
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—En julio recién tendríamos un panorama más claro del 2024…
En junio, a partir del segundo trimestre.
—Hace poco un informe del IPE reveló la situación precaria de los salarios. ¿Se podría pensar que podemos regresar a los salarios del 2019 el próximo año?
De ninguna manera. Recuerda que la falta de empleo se debe a cosas bien claras. Si no hay inversión, no hay empleo. Si no se invierte, el empleo, sigue –en el mejor de los casos– al mismo nivel. Si la producción está cayendo, entonces va a caer el empleo. Hasta el 2016-2017 veníamos creciendo bastante, todo el mundo tenía confianza en el futuro del Perú, aunque hubieran trimestres negativos. Por eso me pareció una frase muy acertada la que dijo Gianfranco Castagnola: “lo que más nos robó Castillo fue el futuro”.
—El Plan Unidos tiene varias aristas. Tiene un espacio especial para la minería, el Gobierno dice que la va a impulsar.
Eso dicen, por lo menos. El primer ministro ha brindado declaraciones favorables, pero se necesitan hechos.
—¿Es acertado? ¿Es la minería la que nos sacará de esto?
Nos sacarían muchas cosas, la minería es una de ellas. Todo el mundo va a decir: ¿Por qué no sacas Majes Siguas? ¿Por qué no sacas Chavimochic? No solo se trata de la minería. Hay muchas cosas que pueden salir, ¿por qué no salen?
—Se trata, más bien, de tener una mejor gestión.
Sí, hay cosas importantes que están esperando para salir adelante y que no salen, en parte por gestión, en parte por otros problemas. Con la descentralización, no hay salida.
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—Descentralización fallida…
Descentralización fracasada, totalmente, como lo advirtió Roberto Abusada hace años.
—Dentro de este año de gobierno, ¿cuál es el mayor desacierto en materia económica?
No recuperar la confianza, y no es culpa del ministro de Economía. El problema es que el Gobierno tiene que inspirar confianza con lo que tiene… pero ni siquiera eso puede hacer. Como ejemplo obvio de los errores del gobierno pongo la barbaridad que han hecho con Petroperú.
"Los precios no han favorecido al Gobierno, pero tampoco lo han desfavorecido mucho"
—¿Nos ha ayudado este año el precio de los metales? ¿Cómo está la situación internacional?
Los precios no han favorecido al Gobierno, pero tampoco lo han desfavorecido mucho. Han bajado un poco. La economía mundial se ha desacelerado, pero tampoco tanto. Estados Unidos está creciendo muy fuerte. Se pensaba que iba a ser un año muy malo para China, pero no va a ser tan malo. En Europa tampoco salieron las cosas tan mal como se temía. Estados Unidos podría hacer un ‘soft landing’. Y eso que casi nunca hay ‘soft landings’…
—¿Sí es posible una recesión en Estados Unidos?
Es poco probable. Tradicionalmente no existen los ‘soft landing’, pero parece que el próximo les va a ligar.
—¿Cómo cree que el crecimiento del mundo nos vaya a afectar en el 2024? ¿Hay algún riesgo que deberíamos estar mirando?
Cualquier cosa puede pasar. Lo que tenemos que hacer es concentrarnos en lo que nosotros sabemos y lo que es previsible. Que yo vea, no hay nada particularmente difícil ni particularmente fácil el próximo año, quizás la eventual reducción de las tasas de interés internacionales pueda ayudar.
—¿Solo tocaría ordenar la casa?
Hasta donde sabemos sí, pero puede pasar cualquier cosa. Con las cosas que se prevén, no pasaría nada [extraordinario], ni bueno ni malo.
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—¿Preocupa el déficit?
Sí, por primera vez en mucho tiempo. Durante muchos años casi ni mirábamos las cifras del déficit fiscal. Cuando entró Castillo, comenzó la preocupación. Perú tiene una fortaleza macroeconómica envidiable, tiene bajísima deuda, puede endeudarse más. Esa posición envidiable se condice con tasas de interés bajas, con expectativas de crecimiento. ¿Cuáles eran las expectativas de crecimiento del Perú hace unos cuantos años? 5%. Si crecemos 5% al año y tienes un déficit de 1%, sigues igual que siempre.
—Pero ya no crecemos a 5%.
Todo mundo está de acuerdo con que la tasa de crecimiento va a ser bastante menos que 5%, probablemente alrededor de 2%. Con esa tasa de crecimiento es muy fácil que el déficit se salga de control en unos cuantos años […] Un Perú que no va a crecer y está incrementando su déficit preocupa. Si no se cuida mucho el déficit, la situación puede volverse muy mala muy rápido.
—No se tienen planeados más bonos, lo ha dicho el ministro de Economía. ¿Ve algo adicional que podría poner en riesgo el déficit más allá del panorama de hoy?
El Niño, claro. Y podría ser también que como este año, los ingresos fiscales bajen el próximo.
—Los ingresos de este año son muy bajos.
Han caído mucho. Si volvieran a caer así, sería pésimo. No creo que vayan a caer así, es poco probable. Pero si cayeran sería desastroso. ¿Cómo van a ser los gastos de este año versus los gastos del próximo año? Van a ser de todos modos mayores. Eso, sin contar que puede haber algo excepcional con El Niño. Si los ingresos no crecen y los gastos sí, y un montón, se genera un hueco.
—¿Es el déficit lo que más preocupa?
No, me preocupa más el crecimiento y la confianza de largo plazo. Hace 30 años, todo el mundo sabía que el Perú no crecía hasta que de repente comenzó a crecer. A los pocos años se dieron cuenta que crecíamos, y que valía la pena invertir. Se generó el círculo virtuoso de la inversión y el crecimiento. Ahora el Perú crece muy poco. ¿Qué haces cuando estás en un país que crece muy poco? ¿Para qué es la inversión? Para el futuro. Y si el Perú no tiene futuro, dejas de invertir […] Nos demoramos mucho tiempo en tener una buena reputación y se pierde en un momento.
—¿Se perdió ya?
No del todo, pero está en serias dudas […] En el pasado nos hemos equivocado, pero teníamos mejor reputación. Y eso fue lo trajo eso de que la política y la economía van por cuerdas separadas. Eso es una tontería.
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—¿Siempre han ido juntas?
Por supuesto. Lo que pasa es que las consecuencias económicas de la política tardan en sentirse. Las consecuencias políticas se sienten inmediatamente, pero la economía tarda en reaccionar. Si cambiamos de presidente, esto no se va a reflejar al siguiente mes en el producto ni va a caer el empleo. Eso no es así, no es inmediato.
—¿Podemos esperar un cambio de perspectiva o calificación por parte de las calificadores de riesgo para el 2024?
Hasta hace poco el Perú no le importaba a las calificadoras de riesgo, porque el Perú estaba bien. Con el gobierno de Castillo comenzaron a preocuparse seriamente. Ahí es donde comenzaron a preguntarse si nos bajaban o no la calificación. Podemos descender una calificación y estamos bien todavía, eso es lo importante. Como el Gobierno no sabe para qué lado va, [las calificadoras] tienen que ver qué pasa en el Perú. Entonces, probablemente tomen el 2024 para observar. Si observan que carecemos de todo desastrosamente, entonces sí van a bajar la calificación antes de que empiece el 2025. Pero, si las cosas siguen así, entonces se van a tomar su tiempo. Normalmente, se sigue la siguiente secuencia: primero, el ¿outlook’ es negativo. Después, la calificación cae algo. Si ese ‘outlook’ sigue siendo negativo, se baja nuevamente la calificación. Creo que van a ver el año que viene con bastante duda. Cuando la calificadora da cierto rating, ya el mercado está preparado. Si todo procede de manera clara, antes de que nos bajen la calificación, el mercado ya adoptó y absorbió la situación.