Antes de la pandemia, muchos peruanos tenían un trabajo estable, en el que con esfuerzo lograron ascender, ganar experiencia y tener un mejor salario tras años de dedicación.
Sin embargo, debido a la emergencia sanitaria, muchas empresas recortaron personal o cerraron, generando que muchas personas vayan de un empleo a otro con la finalidad de sostener a sus familias, sin importar las condiciones ni la remuneración. Pese a sus esfuerzos, a casi dos años de la pandemia no han podido encontrar un trabajo adecuado.
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), casi 600 mil limeños perdieron un trabajo adecuado con la crisis del 2020 y aún no han logrado recuperarlo. Además, en la capital 1 de cada 3 trabajadores recibe ingresos que no cubren la canasta básica. Antes de la pandemia esto ocurría en 1 de cada 5 trabajadores.
Al primer trimestre del 2022, los ingresos promedio de los trabajadores se mantienen 4,6% por debajo de lo registrado en 2019, y los precios del mercado son cada vez más altos, con una inflación que supera el 8% a nivel nacional.
Si bien se escucha que la economía se recuperó y que el PBI del 2021 cerró 0.9% por encima del 2019, la recuperación económica aún es distante y no se refleja en los bolsillos de los trabajadores.
Si se quiere recuperar el empleo perdido e incluso mejorarlo, los esfuerzos del Estado deberían centrarse en facilitar todo tipo de inversión, tanto pequeña como grande. Para lograrlo, es necesario generar un clima de confianza y certidumbre. Sin embargo, según el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), las expectativas empresariales acumula 14 meses consecutivos en terreno pesimista.
La recuperación más importante es la del bienestar de los hogares, ello no será posible sin la generación de empleos de calidad.
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