Al cierre del 2022, el mercado laboral enfrenta un panorama desafiante: una recuperación precarizada con perspectivas poco positivas. ¿Cuáles deberían ser las prioridades para el 2023 laborales que podrían permitir mejores empleos con mayores salarios?

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Revertir la mayor informalidad

El empleo ha superado sus niveles prepandemia en el 2022, pero a costa de un aumento significativo de la informalidad. En las zonas urbanas, existe un millón de trabajadores informales más que antes de la pandemia. Esta dinámica se ha traducido en una recuperación de los salarios reales más lenta.

Reducir la precariedad de los más vulnerables

Las personas ahora dedican más horas por semana a trabajar que antes de la pandemia, pero perciben menores ingresos. Tres de cada diez trabajadores perciben salarios menores a la canasta mínima de consumo. Los más afectados son los hogares más pobres, y poblaciones vulnerables, como las mujeres y los jóvenes.

Recuperar la confianza para contratar personal

La implementación de algunas medidas de la Agenda 19 ha complejizado la regulación laboral, lo cual ha contribuido al deterioro en las expectativas de contratación formal para el próximo año. Los sectores relacionados a la inversión, como la construcción, son los que muestran una menor confianza para contratar.

Evitar una mayor desaceleración del empleo formal

El clima de incertidumbre, que ha generado una menor confianza empresarial, y la menor capacidad adquisitiva de los hogares vienen afectando el ritmo de crecimiento de las actividades no primarias, como los servicios, la construcción y el comercio. La desaceleración de estos sectores anticiparía un menor ritmo de creación de empleos formales en los próximos meses.