El titular del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, Juan Carlos Mathews, habló con El Comercio durante el evento ‘Juntos por la reactivación de Cusco y la promoción de inversiones’, realizado por inPerú la semana pasada en Cusco. Una de las expectativas que tiene el sector es ampliar progresivamente el aforo de visitantes diarios a Machu Picchu. Además, se apunta a llegar en un plazo de ocho años a los 10 millones de turistas internacionales al año.
—La viceministra de Turismo, Madeline Burns, señaló que se busca recibir 10 millones de turistas extranjeros y ya no solo 4 millones. ¿En qué año se podría contemplar eso?
El primer hito respecto a ese camino es llegar a los niveles prepandémicos, que sería apuntar a 4,4 millones. Cuando vamos a una expectativa de 10 millones, estamos hablando de un horizonte de alrededor de ocho años. Es una meta agresiva. Eso supone ir avanzando en lo que hacemos, que son proyectos de inversión e infraestructura, porque a pesar de que va a ser un lindo problema tener sobredemanda, es un problema. Es preferible tener sobredemanda a que no venga nadie.
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Por eso es súper importante, y es lo que estamos viendo con el alcalde [de Cusco], [ver] todos los proyectos de inversión e infraestructura, que entre otras cosas permitan no quedarnos en 4.400 visitantes diarios a Machu Picchu. Se tienen que viabilizar los accesos y hacer las inversiones que permitan progresivamente pasar a 5.000, a 6.000 visitantes, y más.
—¿Cuándo se podrían recibir 6.000 visitantes diarios?, ¿el próximo año?
No, estamos hablando del 2025, pero será progresivo. El próximo año deberíamos estar en más de 5.000 [visitantes diarios], que ya es una mejora importante.
"En todos los países donde hubo un esfuerzo en esta línea [de una filmación de una productora internacional], como en Colombia o Nueva Zelanda, el crecimiento del flujo de turistas puede mejorar 20%, 25% y 30% en los meses posteriores al lanzamiento, es un montón"
—Entiendo que para este año se esperan registrar 2,2 millones de turistas extranjeros. ¿Se puede ver afectada esta proyección con el anuncio de protestas? A inicios del año fue uno de los factores que afectó al sector.
Sí, de hecho, fueron claramente en contra de los intereses del país. Lo que vemos es que, por ejemplo, el levantamiento en Puno ha tenido muy poquita repercusión y se pronunció el gobernador regional, que inicialmente apoyaba [la protesta]. Ahora ha dicho ‘déjenos trabajar’; las propias expresiones han nacido de los microempresarios que trabajan ahí, que han dicho ‘nosotros no apoyamos’. Cuando se habla de esa proyección hacia Lima, se ve poco probable que tenga éxito. Lo estamos viendo acá en el Cusco: la gente ya no está pensando en salir a tirar piedras, sino en generar una oportunidad de negocio. Esta es una ciudad fundamentalmente turística y el turismo se cayó. Es arrancar el partido de este 2023 con 2-0 en contra. Lo que estamos haciendo es repuntar. Si no hubieran pasado las protestas, yo hablaría de una proyección de 2,5 millones de turistas este año, probablemente más. Entonces, perder 300.000 turistas es un montón de plata. Eso es el efecto de las protestas, sumado a los problemas climatológicos, al dengue. Estamos yendo cuesta arriba, pero estamos revirtiendo eso. Las campañas en el exterior y las locales están funcionando, e iniciativas de este tipo [de inPerú] son buenas, porque no solo las haces acá, sino afuera. Esos son espacios donde se le vende al extranjero la posibilidad de invertir acá. Pero vuelvo a repetir, no solamente se trata de marketing y hablar bonito y sacar unos buenos videos de Marca Perú, sino que sea verdad lo que le está diciendo: que el Perú es un país seguro para la inversión.
—¿Qué se puede esperar para la industria turística cusqueña? En el evento señaló que se tiene que trabajar en las formas de recibir a los turistas.
Sí, totalmente. Hay cosas positivas. Por ejemplo, viene el Inti Raymi y se logró un acuerdo, a través de PromPerú, con una productora norteamericana que va a venir a grabar el 25-26 de junio y va a sacar en 10 ciudades y en señal abierta notas pequeñas sobre el Inti Raymi. En este caso el foco está en el Inti Raymi, pero bajo esa misma lógica, posteriormente se quiere buscar otros destinos en Cusco y en otras partes del país. No se la jugaría una productora si no viera que es un evento absolutamente importante, ni tampoco se la jugaría Paramount para montar Transformers en Cusco y San Martín. Esas decisiones son espectaculares. Ya se lanzó en el mundo y comienza ahora el lanzamiento formal de Transformers en Lima, en Cusco y en otros puntos. Lo van a ver 100 millones de personas.
En todos los países donde hubo un esfuerzo en esta línea, como en Colombia o Nueva Zelanda, el crecimiento del flujo de turistas puede mejorar 20%, 25% y 30% en los meses posteriores al lanzamiento, es un montón.
Mincetur señaló que Promperú junto con el Ministerio de Cultura vienen impulsando la creación de la mesa ejecutiva para la promoción del Perú como destino de locaciones fílmicas. Con ello, uno de sus puntos a tratar será un proyecto legislativo para que el país tenga un incentivo tributario para que se lleven a cabo producciones audiovisuales.
—Entonces, ¿la cifra estimada para este año podría aumentar?
De hecho, cuando hemos revisado los números, estamos contemplando todo para lograr la llegada de 2,2 millones de turistas. Nos encantaría poder decir que vamos para más y que estamos en la interna intentando que sean más [turistas], pero estamos cuesta arriba. Hemos arrancado con tres meses en contra. Siendo objetivos y centrados, 2,2 millones de turistas extranjeros es la expectativa.
Lo interesante es que el turismo se alimenta del turismo receptivo, que es el 45% del total. El turismo interno representa el 55%. En el turismo interno, el año pasado se registraron 27 millones de viajes, no de viajeros, y este año estamos proyectando 34 millones. O sea, sí tenemos un crecimiento en turismo interno, pero el turista interno gasta un octavo o un noveno de lo que gasta el turista de afuera.
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—Mencionó la grabación del Inti Raymi y la producción de la película ‘Transformers’. ¿Se ha pensado hablar también con el Ministerio de Cultura para otorgar estímulos económicos que atraigan este tipo de producciones?
Sí, la inversión para promoción de turistas corresponde más a Mincetur, pero sí trabajamos con Leslie Urteaga (titular del Ministerio de Cultura) y todo el equipo de cultura. Cuando hablamos, por ejemplo, de mayor afluencia de Machu Picchu, una de las primeras observaciones las pone Cultura. No se quiere arriesgar el patrimonio y por supuesto no lo haríamos. Se articula con ellos para saber cómo [ampliar el número de visitantes] progresivamente, respetando como prioridad el patrimonio. Con Cultura hay una articulación permanente, y con Transporte y Comunicaciones de la misma manera. Cuando hablamos del proyecto de Choquequirao, es una inversión de S/772 millones, pero esa es la mitad del valor total, porque faltan las inversiones en Transporte y Comunicaciones. Cuando hablamos del flujo de turistas para convenciones es con el Ministerio de Vivienda. O sea, nosotros buscamos ser siempre articuladores con el resto de instituciones del Estado y también con los gremios privados.
—¿Qué expectativas tienen con respecto al Inti Raymi?
Si hacemos una comparación con el año pasado, esperamos que se lleguen a cifras similares [del 2022]. ¿Eso qué quiere decir? Que a pesar de que el primer trimestre ha sido un año de caída, junio sería un mes de recuperación. La reactivación se está marcando a partir de mayo-junio, pero junio particularmente y los grandes eventos de turismo, y particularmente en el Cusco, se dan entre junio y septiembre.
Todo el ejercicio promocional que se está haciendo aspira a que ese tramo tenga por lo menos el mismo estándar del año pasado. Estamos aspirando y recuperando progresivamente. Y eso da pie a que si Perú hace las cosas bien, el 2024 va a ser un buen año en comercio, turismo y captación de inversiones.
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—¿Podría haber un crecimiento de doble dígito en exportaciones?
Sí, claro. Y a pesar de que estadísticamente, mientras más volumen tienes, crecer a mayor proporción es más difícil. Pero sí podríamos crecer a dos dígitos en 2024.
—Y para este año la situación es distinta.
No a doble dígito. Este año lo cerraríamos con un crecimiento bastante moderado. Probablemente en la parte no tradicional, que es lo que movemos, podremos estar en 5% o 6%. Y, en la parte tradicional, 1% o 2%. En el promedio, crecer 2,5% o 3% sería una expectativa que tenemos al cierre del año, un año difícil. Exportar significa venderle al mundo. Si el mundo se está desacelerando, obviamente se compra menos, se compra con menos frecuencia y se pagan menores precios. Eso afecta a nuestras exportaciones. No solamente nuestras, sino del mundo.
Ahora, en todos los años, hemos estado mejor que el resto [de países], porque incluso en el 2020, cuando la exportación cayó 17,6%, todo el mundo caía mucho más. Después hemos venido en crecimiento explosivo. Pasamos la valla de los US$50 mil millones, pasamos los US$63 mil millones el año pasado y ahora aspiraremos a crecer un cachito más. Nosotros tenemos proyecciones que permitirían llegar a un número en azul.
"Si el Perú hace las cosas bien, el 2024 va a ser un buen año en comercio, turismo y captación de inversiones. [...] Podríamos crecer a dos dígitos en 2024"
—El Perú está cerca de ser desplazado como segundo proveedor de cobre a nivel mundial. ¿Qué puede significar esto para las exportaciones peruanas y de Latinoamérica?
De hecho, si miramos el total en las exportaciones peruanas, un 60% corresponde a minerales y sin duda el producto principal es cobre. Perú y Chile han sido tradicionalmente los dos principales, ahora Congo ha salido con una producción importante. No es tan relevante ser segundo, tercero o primero en la medida en que te mantengas como una plaza de inversión importante. O sea, en términos de recursos, seguimos siendo atractivos para cualquiera que quiera invertir. La clave está en que a ese inversionista de afuera, sea de minería o cualquier otro sector, le ofrezcas dos cosas fundamentales: estabilidad macroeconómica y seguridad jurídica. Entre tanto eso prospere, independientemente de que Congo nos pase o que Ghana comience a subir un poquito, o que Chile mejore un poco, seguimos siendo una plaza interesante para invertir.
—Mientras se mantenga eso, pese a que las exportaciones mineras han disminuido.
Hay que mirar cuánto cae por cantidad -porque los proyectos mineros no han avanzado-, y cuánto básicamente es por caída de precios en el mercado internacional, pero seguimos siendo de los principales jugadores en cobre, sin ninguna duda.
—Sobre las agroexportaciones, ¿qué vienen reportando las Oficinas Comerciales del Perú en el Exterior (OCEX) para ampliar los mercados para los productos peruanos?
Eso viene amarrado a las OCEX y a la propia labor del Mincetur. Las agroexportaciones han estado dando la hora, pero estamos vendiendo a los mismos mercados y si incrementas fuertemente el volumen -que es lo que ha venido pasando-, castigas los precios. Entonces, tenemos que abrir nuevos mercados. Ahí entran las OCEX y nosotros cuando decimos que estamos negociando un TLC con Hong Kong, cuando estamos negociando una modernización del TLC con la China, un TLC con Brasil que también lo estamos modernizando, con la India que todavía no se ha reanudado y con Indonesia que arranca pronto. La lógica ahí es cómo abres nuevos mercados para esta producción. Además, así como tienes las OCEX, hay representantes agrícolas, los pone el Ministerio de Desarrollo Agrario y el Senasa.
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—Usted también ha tocado el tema de las zonas económicas especiales. ¿Cuándo se podría esperar una propuesta marco sobre este tema?
Ya tenemos algunos avances en términos de levantamiento de data, de cómo funcionan en tres o cuatro países en el mundo, como México, Colombia, Turquía, etc. La idea es que tenemos varios planteamientos, algunos muy focalizados a una región particular que han salido del Congreso y nosotros no podemos pronunciarnos hasta no tener una propuesta marco. Debemos tener una ley marco que diga estas son las condiciones para que eso pueda funcionar.
—En todas las regiones
En todo tipo de región. Y una de las palabras clave ahí es conectividad. Yo no me voy a una zona franca solo porque me haces un descuento tributario, no es solo un tema tributario. La tributación es un componente y en algunas zonas francas en el mundo no hay ventaja tributaria, la ventaja es toda la conectividad, cercanía a puertos y aeropuertos, todos los servicios conectados en una especie de ciudadela. Busan es una zona franca que está en Corea del Sur, tiene el tercer puerto más relevante en el mundo. Vas a Busan y hay hospitales en la zona franca, hay colegios, canchas de golf, es una ciudad, un distrito parado que lo tiene todo, a nadie se le ocurriría, si es un exportador o importador, estar fuera de Busan. La ventaja es que tienes al proveedor del insumo y la certificadora de calidad.
El concepto de zona franca no es como se dan muchas veces, de cómo me das un descuento tributario acá. Entonces, se está haciendo un planteamiento moderno, puede tardar un poco, porque lo estamos queriendo conciliar con las propuestas que han llegado al Congreso y convencer al MEF que vale la pena. El MEF muchas veces cuando dices ‘ventajas tributarias’, se escarapela porque le estás afectando la caja, pero si le demuestras que eso tiene un impacto mayor y que genera en mediano y largo plazo muchas más rentas para el Estado, lo va a entender. Ese es nuestro trabajo, tenemos que hacer la evaluación y convencerlos.