Antonio Bologna, gerente general de Seafrost
Antonio Bologna, gerente general de Seafrost

Nació en Camogli, un pueblo pesquero al norte de Italia, donde durante cinco años se desempeñó como consejero de la municipalidad. A los 39 años, Antonio Bologna llegó al Perú con la premisa de que era el mayor productor de . En 1997, fundó Seafrost en el puerto de Paita y facturó en el primer año US$1 millón.

—Al llegar al Perú, ¿cuáles fueron los primeros pasos que dio en el sector pesquero?
Iniciamos nuestras operaciones de congelados de calamares en algunas fábricas que había en Paita. En particular, en la base naval. Debido a los buenos resultados obtenidos, la base naval nos quedó muy pequeña. Por ello, en el 2013 compramos una planta más grande en la zona industrial. A partir de ahí, empezó nuestro desarrollo hasta lograr consolidarnos como la primera empresa exportadora de pescado destinado al consumo humano directo (CHD).


—¿Cuál fue la principal dificultad que encontró en el sector pesquero?
La gran informalidad que existía 22 años atrás. Poco a poco ha ido desapareciendo. Hoy podemos decir que finalmente somos un país pesquero con reglas claras. Esto nos permite poder programar nuestras actividades.

—¿Y lo más atractivo?
Lo más impactante que encontramos al llegar al Perú es la gran abundancia y variedad de peces que se encuentran en su mar. Es riquísimo, pero inconstante. Un día abunda un recurso, al otro desaparece, pero llegan otros.

—¿Cómo han enfrentado esta inconstancia del mar peruano?
Aprendimos que debíamos diversificar lo más posible nuestras producciones y considero que esa ha sido una de nuestras principales fortalezas durante estos años. Es parte de nuestra política empresarial.

—¿Cuáles han sido los principales logros de Seafrost?
Respecto a los productos congelados, logramos desarrollar un gran mercado en países donde antes nadie conocía el pescado peruano. Y en los últimos diez años, hemos incursionado en la conserva de pescado, principalmente, del atún. Hemos logrado un buen posicionamiento a nivel mundial; el Perú ya es conocido en el mundo por ser un país productor y en los próximos diez años podríamos ser potencia.

— Para este 2019, ¿cuáles son sus proyecciones?
Hemos comprado una planta en Paita, que hemos destinado exclusivamente a la producción de latas de atún. De esta manera, esperamos producir 100 millones de latas y superar los 50 millones del 2018.

—¿Qué significa para usted ser reconocido como un líder empresarial del cambio (LEC)?
Es motivo de una gran satisfacción. Es el resultado de lo que hemos hecho durante estos años, de lo que hemos podido construir desde cero hasta ser la empresa líder del Perú en exportación de congelados y en los últimos años incursionando en el rubro de la conservería.

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