Joaquín Otero, gerente general de Texcope, es una persona reservada y no es por falta de seguridad, sino porque debe guardar discreción sobre el uso que los clientes le dan a sus productos, por los acuerdos de confidencialidad que mantiene.
Esto debido a que Texcope es una importadora y comercializadora de hilos que se usan para elaborar desde ropa interior de la marca más importante hasta la camiseta más popular de fútbol local.
“Te aseguro que el 99% de los peruanos tiene un artículo hecho con los materiales de Texcope, pero no lo sabe”, dice.
Otero es una persona muy segura y afirma que esta cualidad junto a otros valores tanto personales como corporativos han permitido a la compañía, en la que trabaja desde hace 20 años, perdurar y crecer en el tiempo.
“Cuando empecé en Texcope comercializábamos 10 artículos y ahora son 200. Me puse como meta hacer que el negocio creciera de una manera sostenida y constante, y nunca tuve dudas”, resalta.
La compañía fue fundada por su padre, quien lo convenció de trabajar en ella cuando cursaba el último año de pregrado, en reemplazo de un vendedor que había renunciado.
OFERTA DE SOLUCIONES
Aunque la clasificación industrial de Texcope pertenece a la venta mayorista de productos textiles, Otero asegura que el ‘core’ de la empresa es sobre todo la oferta de soluciones específicas a cada uno de sus clientes, debido a que esto le permite alcanzar uno de sus principales objetivos: que sus clientes sean, cada vez, más rentables.
Para él, privilegiar el bien común sobre el particular ha sido la receta de su crecimiento. Detalla, que “dado que nadie se compra la misma camisa dos veces”, Texcope debe buscar cosas nuevas para ayudar a sus clientes a seguir las tendencias de los mercados internacionales.
“Uno tiene que entender que no puede crecer solo, sino que debe crecer con todo su entorno, es decir, con los proveedores, con los clientes, con todos los que participamos en el sector. Si uno entiende eso, el crecimiento es sostenido”, subraya.
Otero asegura que, en el camino, ha tenido que lidiar con varios fracasos que no han impedido el éxito de la compañía; por el contrario, han sido necesarios para expandir su oferta.
Él sostiene que “no importa cuántas veces te caes, sino cuántas veces te levantas”. Afirma que, prueba de ello, es que de cada cinco desarrollos que hace Texcope, en promedio, funciona solo uno. Con lo cual, para desarrollar los 200 productos que hoy ofrece, la empresa tuvo que probar casi 1.000.
Por último, resalta como otros valores que sigue —y que deben seguir los emprendedores para subsistir— son el cumplimiento de los compromisos que se asumen y el beneficio que debe generar a la sociedad todos los productos que se ofrezcan en el mercado.
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