Cuando a Rolando Andrade le preguntan si estaría dispuesto a revivir la experiencia de hacer empresa con Pharmaris , él suele responder, en tono de broma, que no, pues ya no le alcanzan los años de vida.
“Lo cierto es que lo haría una y mil veces porque mi carácter es tomar riesgos”, puntualiza el gerente general de la empresa farmacéutica.
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Hoy Pharmaris ofrece un catalogo de 140 medicamentos innovadores, biosimilares y bio-equivalentes en Perú, y lleva su marca a siete países del continente. Pero no siempre fue así.
Andrade recuerda los arduos comienzos, cuando renunció a su lucrativo puesto de gerente general en un laboratorio para perseguir el sueño de la empresa propia.
“Siempre es difícil salir del sillón de la comodidad, pero después de diez años en el sector farmacéutico lo hice: opté por renunciar. Tenía 45 años, hijos pequeños y la casa hipotecada. No fue una decisión fácil”, comenta.
Así, el 1 de setiembre del 2009, Andrade inició la aventura de Pharmaris, en una humilde oficina, donde faltaban los muebles y las cajas servían de escritorio para las computadoras.
“Los primero tres años (2010 al 2012) fueron terribles. Perdimos US$700 mil a US$800 mil y tuvimos que bajarnos el sueldo. Yo no cobraba, y tenia que sacar de mis pocos ahorros para pagar al personal”, relata Andrade.
Explica que la principal dificultad que Pharmaris enfrentaba en esa época eran las demoras para conseguir registros sanitarios, los cuales demoraban tres años y les impedía realizar la más mínima venta.
Esto se solucionó, refiere Andrade, con un cambio de estrategia: en vez de esperar la aprobación de registros sanitarios con gran demanda en el país, salieron a buscar registros que no se comercializaban fácilmente, como los tratamientos para transplante de órganos y medicamentos para combatir los hongos en los pulmones.
“Demoró un año y medio para que cerráramos la primera venta, pero a partir de allí todo empezó a rendir”, precisa.
Hoy, Pharmaris registra ventas por US$30 millones en Perú, Chile, Colombia, Bolivia, Paraguay, Ecuador y, desde este año también en Venezuela.
SUCESOS AFORTUNADOS
A entender de Andrade, el éxito que ha alcanzado hasta el momento se debe a una serie de coincidencias y sucesos afortunados, que lo han ayudado a alcanzar sus sueños.
“No me cabe duda de que todas las cosas que han pasado atrás, tengan que ver o no con el sector farmacéutico, me han llevado adonde estoy. Y lo que estoy haciendo ahora me puede llevar a algo más”, remarca.
Asegura sentirlo así desde que arribó a Lima más de tres décadas atrás, recién egresado de la Universidad de Piura, para colaborar como asistente de investigación en un proyecto del PAD.
“En esa época me había quedado sin padres y la idea era sobrevivir un poco. Buscarme la vida por mi mismo”, comenta.
A partir de entonces, Andrade fue escalando posiciones y cargos gerenciales en Tai Loy, Tetrapak, CMR y el sector farmacéutico, hasta formar su propia empresa.
¿Qué diferencia a Pharmaris de otros emprendimientos? Andrade señala que la diferencia es el modelo de negocios de la empresa, su cultura de pasión y su involucramiento con la población.
“Siempre le digo a mis colaboradores que no vean este trabajo como un fin ,sino como un medio para ser mejores personas. En Pharmaris hemos aportado productos de excelente calidad y a muy buen precio para la población”, refiere.
Rolando Andrade es uno de los emprendedores nominados al Premio Líderes Empresariales del Cambio (LEC) 2021, de El Comercio.
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