En el Perú existe un grave problema de acceso a medicamentos que afecta, principalmente, a los asegurados del sistema público de salud (más del 80% de la población). De acuerdo con la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), aproximadamente uno de cada tres pacientes que logra atenderse en un centro de salud público no consigue los medicamentos que le recetan.
El desabastecimiento de medicamentos del sistema público está detrás de este problema. El Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (Cenares), entidad encargada de gestionar compras centralizadas de medicamentos para el sistema público, ha cambiado de director once veces en los últimos cuatro años. Esto interrumpe la continuidad de procesos y retrasa las compras de medicamentos. Además, las compras se realizan sobre la base de una estimación de demanda histórica, a pesar de que se cuenta con información actualizada de la demanda a través de las recetas electrónicas del Minsa, lo cual impide que la oferta se ajuste a cambios en la demanda de manera oportuna. A raíz de esta mala gestión, el 22% de los establecimientos de salud y casi 30% de los hospitales no cumplen con la disponibilidad mínima del 80% de medicamentos esenciales, según información del Minsa. Por su parte, la sobreoferta de otros medicamentos ha resultado en pérdidas por vencimientos mayores a S/ 15 millones en los últimos tres años, de acuerdo con una investigación realizada por la Contraloría de la República.
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Como resultado, estos pacientes se ven obligados a utilizar sus propios recursos, sin posibilidad de reembolso, para comprar los medicamentos que deberían obtener de manera gratuita. Así, el gasto en medicamentos representa el 70% del gasto de bolsillo en salud de las familias. Cerca del 20% de este gasto a nivel nacional es explicado por pacientes asegurados del sistema público que tuvieron que comprar su receta en una farmacia o botica externa.
Para enfrentar este problema, el Gobierno ha venido impulsando medidas que tienen como objetivo principal reducir el precio al que los pacientes compran los medicamentos en farmacias, pero que no solucionan el problema de fondo. Por ejemplo, el Congreso viene impulsando la aprobación de una ley que exige un stock mínimo de medicamentos genéricos (de menores precios) en farmacias privadas, lo que pondría en riesgo la supervivencia de farmacias pequeñas y afectaría la provisión de medicinas, especialmente en el interior del país. Además, el Ejecutivo presentó un proyecto para crear un fondo que financie boticas municipales, ofreciendo medicamentos a precio social como alternativa al sistema público.
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En lugar de aprobar medidas para reducir los precios de medicamentos en el sistema privado, el impacto para la población sería mucho mayor si se enfocan los esfuerzos en mejorar la provisión de medicamentos en el sistema público, que sería equivalente a reducir el precio de estos a cero. En línea con ello, desde Apoyo Consultoría proponemos:
- Utilizar Asociaciones Público-Privadas (APP) para mejorar la gestión de las compras públicas de medicamentos: Existen experiencias exitosas que aprovechan la experiencia del privado en la logística, almacenamiento y distribución. Por ejemplo, Farmacia Vecina es un programa que funciona a través de una APP en la cual la empresa Salog se encarga de hacer llegar medicamentos recetados a pacientes de enfermedades crónicas de EsSalud a la farmacia más cercana a su domicilio de manera gratuita. Expandir este mecanismo de colaboración al proceso de compra permitirá ganar eficiencias. Proponemos licitar las compras de medicamentos a través de un concurso público que favorezca a las e
- Empresas que demuestren la capacidad generar mayores ahorros, tanto en costos como en tiempos de entrega, en beneficios de los pacientes.
- Generar un sistema único de información de demanda de medicamentos que pueda ser utilizado para planificar el proceso de compra: Proponemos integrar la información de recetas electrónicas, que se comenzaron a implementar a nivel nacional durante la pandemia, e historias clínicas con los listados de disponibilidad de medicamentos del Minsa, para realizar compras que tomen en cuenta la demanda real y actualizada. Este sistema podrá identificar a los pacientes que no están recibiendo los medicamentos que les son recetados, servirá para planificar futuras compras e incluso para realizar un seguimiento del flujo del medicamento, desde el almacén hasta el paciente. Este seguimiento ayudaría a reducir la merma y, por ende, el gasto ineficiente.
- Implementar mecanismos diferenciados de adquisición (MDA) para la compra de medicamentos esenciales: A nivel internacional se aplican mecanismos como negociaciones por volúmenes de compra o pagos fijos tipo suscripción para asegurar un flujo mínimo de medicamentos al país. Esto agiliza el proceso de compra, genera ahorros en compras masivas y reduce los tiempos promedio de compra, lo que permite una mejor planificación presupuestal y certidumbre en la llegada de medicamentos. Países como Australia y Estados Unidos, por ejemplo, aplican un mecanismo de un pago fijo que asegura la llegada continua de medicinas esenciales, como la usada para la Hepatitis C, y reduce la necesidad de renovar órdenes de compra de manera periódica. En el Perú, este tipo de mecanismos ya se utilizan para la compra de medicinas para el cáncer y otras enfermedades priorizadas desde el año pasado. Proponemos ampliar estas facultades para la compra de un listado piloto de medicamentos esenciales que suelen presentar problemas de abastecimiento.