Luego de haber recibido los premios en las categorías Márketing, Comercialización y Ventas, por su proyecto “De un negocio tradicional a uno de experiencias” y en Servicio al Cliente, por su proyecto “Diseñando experiencias Phugital, María Almenara fue reconocida con el premio a la Mediana Empresa y, finalmente, se llevó el Gran Premio a la Creatividad Empresarial 2023. El Comercio conversó con Carlos Armando de la Flor, gerente general de la empresa.
Ganaron el Gran Premio a la Creatividad Empresarial, Mediana Empresa, Márketing, Comercialización y Ventas y Servicio al Cliente, ¿Cuál es la sensación?
Como empresa estamos súper emocionados. Creo que venimos haciendo las cosas ordenadamente, paso a paso, sin apurarnos. Vamos 16 años de empresa, 6 años de tienda y creo que todo tiene un proceso que hemos sabido gestionar.
Como familia empresaria, un extremo orgullo de lo logrado en combinación con mi esposa y de todo el equipo de 409 personas que nos acompañan.
Como peruanos, poder demostrar al mercado que somos una compañía y una marca que está preparada para grandes cosas.
¿Cuál es la importancia que las empresas cuenten con este criterio ESG?
El tema ESG es súper importante hoy porque nos ayuda a gestionar correctamente nuestros impactos porque somos compañías que tenemos impactos positivos, externalidades que debemos saber gestionar.
Toda la parte de gestión ambiental, gobierno corporativo, sostenibilidad es muy relevante hoy por hoy, el planeta nos necesita y necesita un capitalismo consciente.
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¿De qué trataron los proyectos de las categorías que ganaron?
El de Servicio al Cliente es la transformación de nuestras tiendas phygital, es el tercer formato que sacamos. Sacamos un formato que atiende una experiencia digital sea presencial para los clientes a través de un tótem de atención y, en menos de cinco minutos, le entregamos el producto. Además, por otra ventanilla, atendemos a las aplicaciones de delivery y las geoubicamos en zonas donde tienen altísima demanda y nos permite capturar valor en todo ese entorno.
Generar un proceso de transformación nuevo, un formato apalancado en tecnología y data.
Y el otro premio que ganamos es el de María Almenara como concepto. Haber transformado un negocio tradicional en uno de experiencias. Analizamos y vimos que el mercado era extremadamente tradicional en su propuesta y el consumidor estaba listo para algo distinto. Tomamos ciertos riesgos, transformamos nuestra identidad, adoptamos el color rojo, creamos tiendas con formatos increíbles, una experiencia sensorial, apalancados en muchísima tecnología y data, con muchísimo foco en nuestra gente y creo que esto valida que hemos hecho las cosas bien.
¿Qué sigue para la compañía?
La primera etapa de la compañía es esta. Haber alcanzado estos premios ayudan a cerrar una etapa que ha sido llegar a las 15 tiendas, 409 trabajadores, casi un millón de transacciones en el año. Esto nos permite poner un punto y, a párrafo seguido, el camino tiene que ser internacionalizar la compañía.
El sueño es ir fuera del Perú, ese es el plan, queremos seguir impactando en Lima, en provincias, eso es parte del día a día en el negocio, queremos seguir creciendo en Lima, tenemos muchísima oportunidad en Lima, podemos triplicar la cantidad de tiendas que tenemos hoy y generar trabajo y trabajo de calidad para mucha gente.
El 70% de nuestros trabajadores son mujeres, 95% del liderazgo es femenino, trabajamos muchísimos temas de empoderamiento femenino. El primer hito está cumplido, ahora vamos por el sueño grande.
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Finalmente, ¿cuál es la importancia de reconocer a las empresas con este tipo de premio?
Extremadamente importante. Las empresas sufrimos bastante soledad porque es un entorno complejo, a veces poco valorado por el mercado, por comportamientos que probablemente no han sido adecuados de algunos empresarios, pero creo que estamos con la nueva generación de empresarios para dar un capitalismo otra vez consciente, un enfoque en el ser humano en el colaborador y en nuestro cliente, entendiendo el impacto que generamos y el impacto, sobre todo, en inspirar a miles de mujeres.
En Lima, una de cada 10 familias tiene un miembro haciendo pastelería de autosostenimiento, así era María, en sus inicios era una chica que hacía pastelería para sostenerse económicamente. Hoy es una tremenda empresaria y tremenda emprendedora. Mi rol es apoyarla en la parte empresarial y acompañarla en ese sueño que ella tuvo desde niña y siento extremo orgullo y admiración por ella y por todo el equipo.