Nicolás Maduro, presidente de Venezuela. (Foto: AFP)
Nicolás Maduro, presidente de Venezuela. (Foto: AFP)
Agencia Bloomberg

tiene antecedentes dudosos en lo que respecta al de la . Está empatada con Ecuador en el mayor número de defaults desde 1800.

Pero para quien apuesta a que un default sacará al presidente Nicolás Maduro del poder pese a que se aferra a éste en medio de una miseria económica sin precedentes, hay un indicador que es más relevante: ni una sola vez en esas 10 ocasiones, la más reciente en 2004, una suspensión de pagos provocó un cambio de gobierno.

De hecho, los defaults en todo el mundo han provocado cambios de gobierno menos del 15% de las veces desde 1992, según datos compilados por Bloomberg. En el caso de Venezuela, Maduro tiene suficiente apoyo del poderoso ejército de la nación para hacer frente a cualquier situación, dijo la investigadora de la Universidad de Harvard Carmen Reinhart, coautora con Kenneth Rogoff de "Esta vez es distinto: Ocho siglos de necedad financiera".

"Si no se tiene que escuchar a los votantes porque el poder militar es lo que lo sostiene, no hay ninguna razón por la que un default significaría un cambio de gobierno", dijo por teléfono desde Cambridge, Massachusetts. "Venezuela está más allá de las soluciones democráticas, por lo que Maduro bien podría mantenerse en el poder".

Para la mayoría de los operadores, un default venezolano es casi seguro. La probabilidad implícita de que ocurra durante los próximos cinco años ha aumentado a un 98%, frente al 91% hace un año, según datos de permutas de riesgo crediticio compilados por Bloomberg.

Los bonos en dólares de referencia de Venezuela con vencimiento en 2027 subían el jueves a un máximo de una semana de 39,47 centavos por dólar a las 11:30 am en Nueva York.

SENTENCIA DE MUERTE

Knossos Asset Management, el fondo de cobertura dedicado a Venezuela, conocido por las grandes apuestas en la deuda del país, colocó el 90 por ciento de su cartera en efectivo este verano (boreal) debido al temor de que un default provoque un cambio de gobierno.

Explica que los inversores tratarían de confiscar los activos de propiedad del Estado, tales como el petróleo, que representa el 95% de los ingresos de exportación del país, lo que haría imposible que Venezuela importe los bienes y servicios que ya son escasos en el país.

Danske Capital, el décimo octavo mayor tenedor de bonos venezolanos, dijo que un default sería la " sentencia de muerte" para el gobierno de Maduro.

Alrededor de US$3.500 millones en pagos de deuda vencen en noviembre sobre unos US$70.000 millones que deben el gobierno y su compañía petrolera estatal.

"Un default provocará un cambio de gobierno", dijo Francisco Ghersi, cofundador de Knossos. Los funcionarios del gobierno "ingresarían a un nuevo territorio que es tan complejo que no serían capaz de manejar".

Otros apuntan a un horizonte extendido. Firmas administradoras de dinero desde Goldman Sachs Group Inc. a Grantham Mayo Van Otterloo & Co. acumularon este año bonos venezolanos a más largo plazo, según datos compilados por Bloomberg.

Algunos compradores de bonos piensan que un nuevo gobierno controlado por la oposición podría negociar una reestructuración que les pagaría generosamente. "Tanto los tenedores de bonos como el nuevo gobierno tienen un incentivo para que ambas partes reestructuren la deuda y también atraigan a los inversionistas a la economía", dijo Shamaila Khan, el director de mercados emergentes de AllianceBernstein LP, el noveno mayor titular de deuda venezolana.

PUERTA GIRATORIA

Si Ghersi tiene razón, no sería la primera vez que un default provoca la caída de un líder.

Después de que Rusia incumplió el pago de US$40.000 millones en deuda en agosto de 1998, el rublo perdió más de la mitad de su valor en seis meses. De ese desastre económico emergió un ex oficial de inteligencia de la KGB de San Petersburgo llamado Vladimir Putin.

Meses después de que Ecuador suspendió el pago de bonos Brady respaldados por Estados Unidos en 1999, el presidente Jamil Mahuad fue derrocado por el grupo indígena más poderoso del país y oficiales de las fuerzas armadas. Y cuando Argentina incumplió su deuda externa en diciembre de 2001, La Casa Rosada se convirtió en una puerta giratoria en que cinco presidentes entraron y salieron en 10 días. El último de los líderes del quinteto, Eduardo Duhalde, sobrevivió sólo un año.

Sin embargo, la causalidad es a menudo difícil de probar, según Martin Uribe, economista de la Universidad de Columbia.

"En América Latina, especialmente, porque muchas democracias todavía son muy jóvenes, se ve una fuerte asociación entre una gran crisis económica y la desaparición de las administraciones políticas", dijo por teléfono desde Nueva York. "Pero si el gobierno de Maduro cae, ¿fue la crisis económica o la debilidad del régimen? No es fácil de desentrañar".

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