La tendencia favorable que venían mostrando los mercados de acciones en el mundo hasta hace unas pocas semanas sufrió un inesperado cambio con la reciente aparición del coronavirus, hasta el momento relativamente contenido en China y específicamente en la ciudad de Wuhan. El temor de que se propague al resto del mundo, en lo que se conoce como una pandemia, es lo que ha generado mayor preocupación por parte de los inversionistas.
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A raíz de este virus, varias industrias como el turismo, transporte y comercio minorista se han visto seriamente afectadas, lo que ha impactado no solo en el crecimiento estimado de muchos países, sino también en los resultados esperados de un gran número de empresas en el mundo. La dimensión del impacto negativo del virus es bastante incierta dado que depende de la capacidad de los gobiernos, especialmente el chino, de contener su expansión hacia otras regiones, del tiempo que demore la aparición de una vacuna o de la capacidad de mutar que tenga el virus.
Cuando revisamos escenarios similares como la aparición del SARS en el 2003, podemos apreciar que el impacto en la economía china y mundial fue relativamente moderado, empero, hay diferencias en ambos casos. El coronavirus tiene una tasa estimada de mortandad del 2%, bastante menor a la del SARS que sumó 10%; sin embargo, tendría un período de incubación bastante más largo, lo que incrementa su capacidad de contagio y dificulta su contención. Otra variable para entender su potencial impacto es que el peso actual de la economía china (16%) no solo es cuatro veces más grande que el que tenía en el 2003, sino que está bastante más interconectada con el mundo.
Con este nivel de incertidumbre es muy complicado hacer una recomendación de compra para aprovechar la reciente caída en los precios de algunos activos, como en el caso de las acciones chinas que cayeron 8% solo en la última semana. Dicho esto, algunos mercados que se encontraban relativamente baratos antes de la aparición del coronavirus aún muestran valorizaciones más atractivas, por lo que es importante estar atentos a las oportunidades que brinda el mercado cuando se generan situaciones de pánico como esta.
Cuando uno revisa los reportes de analistas sobre los principales riesgos que podrían impactar negativamente los mercados en el 2020, señalaban a la campaña electoral en Estados Unidos o la probabilidad de algún escalamiento en las tensiones comerciales con alguno de sus principales socios, pero no figuraba la aparición de un virus como este.
Son estos escenarios inesperados los que finalmente pueden tener mayor impacto en los portafolios de inversiones, ya que no están descontados en los precios de los activos. Por ese motivo es muy importante reforzar el concepto de diversificación y la inclusión permanente de activos refugio como el dólar estadounidense, el yen japonés, el oro y los bonos de alta calidad crediticia en los portafolios, sobre todo en los de mayor riesgo.