El oro caía el miércoles por la apreciación del dólar, mientras algunos inversores recogían las ganancias acumuladas en lo que va de este mes, pero el miedo a una recesión global, como consecuencia de la crisis por el coronavirus (COVID-19), mantenía al lingote firme por sobre los US$1.700.
A las 0940 GMT, el oro al contado caía un 0,8% a US$1.713,62 por onza, luego de que el martes escaló hasta un 1,9% a US$1.746,50, un máximo desde noviembre de 2012. Los futuros del oro en Estados Unidos cedían un 1,7% a US$1.738,40 la onza.
“Es una pequeña corrección. Estamos viendo algunas tomas de ganancias considerando el movimiento de las últimas semanas. Además, un dólar más fuerte no ayuda a los precios del oro”, dijo Giovanni Staunovo, analista de UBS.
“Sin embargo, aún creemos que hay cierta tendencia alcista desde aquí”, agregó Staunovo. “Apuntamos a un movimiento de hasta US$1.800 y esencialmente creemos que el estímulo monetario agresivo de bancos centrales, como la Reserva Federal, mantendrá apoyados activos como el oro”.
El oro tiende a beneficiarse de medidas de estímulo generalizadas de los bancos centrales, ya que a menudo se lo considera una cobertura contra la inflación y la degradación de la moneda. Tasas de interés más bajas en Estados Unidos además reducen el costo de oportunidad de mantener lingotes.
Los precios del oro han subido casi un 9%, o más de US$130 en lo que va del mes, después de que muchos países extendieron las cuarentenas y los bancos centrales de todo el mundo implementaron una avalancha de medidas fiscales y monetarias para limitar el costo financiero de la pandemia.
El paladio ganaba un 0,6% a US$2.230,35 por onza. La plata cedía un 2,2% a US$15,46 la onza y el platino sumaba un 0,7% a US$779,46 por onza.