Cada año trae desafíos diferentes para la minería. En la década pasada el foco del sector estaba puesto en tópicos como la nacionalización de los recursos naturales, el incremento de la productividad y la optimización de caja.
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Cada año trae desafíos diferentes para la minería. En la década pasada el foco del sector estaba puesto en tópicos como la nacionalización de los recursos naturales, el incremento de la productividad y la optimización de caja.
Después de la pandemia de COVID-19, sin embargo, esta preocupación ha girado hacia aspectos más novedosos como la transformación digital y la aplicación de los criterios ESG (medioambiente, gestión social y gobernanza corporativa), según devela el ránking anual de riesgos y oportunidades para el sector minero de la consultora EY.
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De acuerdo a la última edición de este reporte, correspondiente al 2023, la sostenibilidad o ESG se vuelve a posicionar como el principal riesgo-oportunidad para el sector minero por segundo año consecutivo.
“ESG es relevante no solo porque satisface las regulaciones que debe cumplir la minería sino también porque refleja su compromiso genuino con las comunidades y la transparencia en la gobernanza”, indicó Fabiola Juscamaita, socia de consultoría de EY, en el Jueves Minero del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP).
¿Pero de qué hablamos cuando hablamos de ESG?
Juscamaita apunta que ESG hace referencia a la sostenibilidad de las operaciones mineras, entendida como el “deber fiduciario que la empresa minera debe cumplir sí o sí” con el fin de generar valor para ella misma y su entorno, en vez de como un acto de filantropía que ejecuta porque “le sobra la plata”.
De lo que se trata, precisa, es que las empresas mineras reemplacen el concepto de que “contribuyen con la sociedad porque tienen éxito” por el concepto de que “tienen éxito porque contribuyen con la sociedad”.
Las estadísticas compiladas por EY son elocuentes: el 91% de los inversionistas encuestados señala que los resultados ESG desempeñaron un papel fundamental en su toma de decisiones en el último año, mientras que el 74% advierte que podrían desinvertir en función de los malos resultados en materia de ESG.
¿Qué tipo de resultados? De acuerdo a EY, los principales están asociados con gestión del agua, descarbonización, cambio climático y ‘producción verde’ de metales.
Otra gran preocupación de las empresas mineras, la segunda en relevancia, es el riesgo geopolítico agravado por la guerra en Ucrania y las tensiones entre China y Estados Unidos, eventos que distorsionan el flujo del comercio de minerales, elevan los costos operativos de las empresas y exacerban el nacionalismo de muchos gobiernos.
En tercer lugar se posiciona el cambio climático, fenómeno que ha convertido en un desafío latente debido a los recurrentes desastres naturales, como sequías, inundaciones y aluviones, que afectan a varias operaciones mineras alrededor del globo.
Es el caso de las grandes minas de cobre de Queensland (Australia), las cuales se declararon en fuerza mayor en marzo pasado, debido a severas inundaciones.
Le sigue la licencia para operar, riesgo asociado a la conflictividad social, el cual es un problema que ha dominado el horizonte del sector minero peruano en meses previos, particularmente, en las regiones del sur.
Claros ejemplos son los ataques vandálicos a las minas Las Bambas, Antapaccay, Apumayo y Anabí.
El ránking de EY continúa con los desafíos vinculados a costos y productividad (5°), interrupción de la cadena de suministros (6°) y fuerza laboral (7°).
En octavo lugar se encuentra el acceso al capital, riesgo ligado íntimamente al contexto ESG, lo cual se explica porque los financiamientos que los grandes bancos otorgan actualmente a los proyectos mineros se rigen por dichas pautas.
“Esto significa que los inversionistas van a buscar la forma de recuperar su capital invertido, y para ello deberán asegurarse que las minas seguirán operando o, lo que es lo mismo, que serán sostenibles”, anota Carla Puente, socia de impuestos de EY.
Finalmente, encontramos en los dos últimos lugares a la transformación digital (9°) y los nuevos modelos de negocios (10°).
¿Por qué la transformación digital se encuentra al final de la tabla? Juscamaita explica que, si bien la digitalización es un foco de la minería, no cuenta entre sus principales riesgos porque es ya un “habilitador para el sector”.
“La transformación digital ya llegó, se está quedando y va a seguir evolucionado. Es algo que se da por sentado”, señala.
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