El pasado jueves el Fraser Institute publicó su esperada encuesta anual de compañías mineras, la cual recoge la percepción de los ejecutivos mineros en torno al clima de inversión en los países y regiones con mayor potencial para el desarrollo de proyectos.
Según este sondeo, correspondiente al 2022, Perú sube ocho posiciones en el ranking de jurisdicciones más atractivas para la inversión minera, escalando al puesto 34.
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Esto, a pesar de la opinión generalizada en el país, la cual señala que la minería se encuentra estancada y en continua amenaza por multiplicidad de conflictos sociales, hoy momentáneamente aquietados. ¿Cómo se explica esta aparente contradicción?
Osvaldo Tovar*, consultor en minería, explica que si bien los resultados de la encuesta Fraser se presentan bajo la forma de ranking, lo más recomendable es centrarse en el puntaje obtenido por cada país porque “las posiciones pueden alterarse debido a la incorporación o exclusión de regiones/países en la encuesta”.
Es el caso de la Encuesta de Compañías Mineras 2022, la cual comprende solo 62 jurisdicciones cuando en 2021 abarcaba 84.
Fraser explica esta variación de la siguiente manera:
“El número de jurisdicciones que pueden ser incluidas en el estudio tiende a crecer o menguar a medida que el sector minero se expande o contrae debido a los vaivenes de los precios de los commodities y otros factores sectoriales”.
De allí que el Perú haya escalado ocho posiciones en el ranking Fraser, pero sin mejorar su panorama.
Por el contrario, nuestro puntaje en el Índice de Atracción a las Inversiones Mineras - el principal de la encuesta - ha descendido ligeramente, de 61,64 en 2021 a 60,68 en 2022.
“El valor del índice baja un poco en relación al año pasado, lo cual confirma la continuación de la tendencia negativa de los últimos años. Eso es lo más importante que dice la encuesta Fraser ”, apunta Gonzalo Tamayo, ex ministro de Energía y Minas.
En efecto, el Índice de Atracción a las Inversiones Mineras del Perú evidencia una caída sostenida desde hace cinco años: 81,55 en 2018, 74,14 en 2019, 70,41 en 2020, 61,64 en 2021 y 60,68 en 2022.
“En términos generales, estamos perdiendo más y más competitividad a nivel internacional, es decir, los inversionistas preferirán destinar sus inversiones (capital) a otros países tanto para explorar como para construir nuevos proyectos”, explica Tovar.
¿Pero, que es aquello en lo que estamos fallando?
EL RANKING FRASER EN DETALLE
Para responder esta pregunta hace falta explicar primero cómo se construye el ranking Fraser.
Lo primero que hay que entender es que la encuesta del think tank canadiense arroja un resultado final que es el Índice de Atracción a las Inversiones Mineras, el cual está compuesto de dos variables: el Índice de Percepción de Políticas (40) y el Índice de Atracción Geológica (60%), que mide las expectativas sobre el potencial geológico de un país.
De ambas, esta última es la más estable y la única que no preocupa, como lo muestra la evolución de su puntaje en los últimos cinco años: 82,81 en 2018, 80,56 en 2019, 67,24 en 2020, 71,88 en 2021 y 78,57 en 2022.
El problema, anota Tovar, se centra en Índice de Percepción de Políticas, donde venimos cayendo sostenida y abrumadoramente: 79,66 en 2018, 67,02 en 2019, 75,16 en 2020, 46,28 en 2021 y 33,84 en 2022, “año en que tocamos fondo”, a decir de Oswaldo Tovar.
“Esta es la variable fundamental de nuestro retroceso. Desde el año 2021 se percibe una fuerte reducción en el Índice de Políticas Públicas, básicamente porque el régimen del gobierno central no ha sido precisamente promotor de las inversiones”, señala el especialista.
Se trata del segundo peor resultado de todo Latinoamérica, inclusive más bajo que el de Bolivia y que la mayoría de países de África, que tienen mejores indicadores que nosotros, agrega Tovar.
A nivel desagregado, los peores resultados dentro del Índice de Percepción de Políticas son los relacionados con: Reclamos por el uso de tierras (60° lugar), estabilidad política (59°), régimen impositivo (59°), regulación laboral (55°), seguridad (53°), acuerdos con las comunidades (52°) e incertidumbre sobre regulaciones ambientales (51°).
Las apreciaciones de los ejecutivos mineros sobre el Perú, recogidas por Fraser, son contundentes: “Las negociaciones para el acceso a los terrenos (superficiales) y los tiempos para desarrollar el proceso de consulta previa demoran años, y esto desincentiva las inversiones”, señala uno.
Mientras que otro advierte que “la total ausencia del respeto generalizado sobre los derechos de propiedad y el imperio de la ley, hacen que operar en Perú sea una propuesta muy riesgosa”.
Perú, en resumidas cuentas, supera en competitividad a otros países mineros, como Chile y México, pero no porque haya mejorado su situación, sino porque la de estos últimos ha empeorado más.