El anhelo de la India: superar exportaciones textiles de China
El anhelo de la India: superar exportaciones textiles de China
Redacción EC

T.R. Vijaya Kumar, fabricante de ropa indio, considera que es tiempo de que su país se enfrente a Bangladesh, Vietnam e inclusive a por el liderazgo en la industria indumentaria global. Es un fabricante de segunda generación que transformó su pequeña empresa familiar de camisetas en el sur de India en un exportador de indumentaria con 1.700 empleados y aspira a duplicar sus ventas en 2020.

En lo que se refiere a su ciudad natal de Tiruppur, a la cual se hace referencia a menudo como la capital de los tejidos, sus ambiciones son aún mayores: triplicar las exportaciones y sumar de paso 500.000 empleos.

“Tiruppur será la próxima China”, dijo Kumar una tarde de agosto desde las oficinas de su empresa, CBC Fashions Pvt., mientras presentaba un plan de acción encuadernado para la ciudad que patrocinó junto con otros fabricantes. “El costo de producción en China subió, están saliendo del textil. Las oportunidades irán a otros países, de modo que las tomaremos”.

El problema es que otros países asiáticos están muy adelantados. Las exportaciones de indumentaria de India por US$17.000 millones representaron el año pasado la mitad de las de Bangladesh y su cuota de mercado mundial de 3,7% se ubicó por detrás del 5,1% de Vietnam.

Cerrar esa brecha es crucial: la indumentaria es un sector industrial con mano de obra intensiva, que históricamente ayudó a las economías en desarrollo a realizar la transición para salir de la agricultura. Para 2025, la economía india debe generar 80 millones de empleos nuevos para poder seguir el ritmo su población joven en aumento.

El mayor fracaso del primer ministro Narendra Modi hasta el momento ha sido la incapacidad de aumentar el empleo, según una reciente encuesta previa a las elecciones en no menos de siete estados en 2017.

Su gobierno anunció recientemente un plan por casi US$1.000 millones para los fabricantes de textiles y prendas de vestir, incluidos subsidios para contratación, devoluciones de impuestos y relajación de las normas relativas a las horas extras con el objetivo de crear 10 millones de empleos y aumentar en US$30.000 millones las exportaciones en los tres próximos años. ICRA Ltd., la unidad local de Moody’s Investors Service, calificó de difícil dicho objetivo en tanto la demanda de los países importadores disminuye.

“La ventana de oportunidad se achica e India debe actuar rápido si quiere recuperar competitividad y cuota de mercado en el sector indumentario”, escribieron Arvind Subramanian, principal asesor económico del Ministerio de Finanzas, y Rashmi Verma, secretario de Textiles, en una columna de opinión en junio explicando las medidas.

A esta dificultad se suma el hecho de que el sector textil sufrió un golpe a su reputación el mes pasado, cuando Target Corp. puso fin a un negocio por US$90 millones con Welspun India Ltd. por etiquetar sábanas más baratas como algodón egipcio de nivel superior.

Una debilidad clave del sector es la productividad de los trabajadores, que es casi tres veces más baja que en China. Esto se debe en parte a que los fabricantes de indumentaria indios tienden a no estar inscriptos y a ser más pequeños que en los países competidores, lo cual limita el uso de tecnologías modernas de producción y la capacidad de tomar órdenes grandes, según un estudio que será publicado el año próximo por Asian Economic Policy Review, una revista semestral del Centro de Investigación Económica de Japón.

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