Analistas, consultoras y firmas internacionales recibieron con optimismo el nuevo sistema de medición de precios de Argentina presentado ayer, toda una sorpresa en un país acostumbrado más bien a recibir críticas, dentro y fuera de la nación, por la manera en que el gobierno gestiona la economía.
¿Pero, qué ha cambiado? En primer lugar, el nuevo Indice de Precios Nacional Urbano (IPCNu), reconoce una inflación más alta que la estimada hasta ahora por el Indec, el Instituto Nacional de Estadística y Censos: la mayor en 12 años.
Las cifras de este organismo habían sido fuertemente cuestionadas desde 2007, cuando el gobierno intervino la institución y se cambió la forma de calcular la variación de precios.
De hecho, ante la pérdida de confianza en las estadísticas oficiales argentinas, el Fondo Monetario Internacional (FMI) le había solicitado al país que presentara un nuevo índice, bajo amenaza de sanción.
Los nuevos datos reconocen una inflación del 3,7 % para enero con respecto a diciembre de 2013, un aumento notablemente superior al calculado con el índice anterior -que revelaba un 0,9% de incremento entre noviembre y diciembre-, y mucho más cercano a las estimaciones hechas por consultoras privadas.
"Se trata de un anuncio positivo, que va en la dirección correcta cuando las dudas acerca de que se diera este paso eran muy grandes", aseguró Soledad Pérez Duhalde, de la consultora Abeceb.
"El desafío ahora es reconstruir la credibilidad del organismo, tarea para nada sencilla y que demandará tiempo luego de años de dilapidar lo conseguido en décadas", según la coordinadora de análisis económico de la firma, con sede en Buenos Aires.
ABRIENDO PUERTAS
Por ahora, el FMI dijo que "toma nota" del anuncio, aunque aún quedan otras estadísticas, como la medición del Producto Bruto Interno argentino, que despiertan los recelos de la entidad y que el país deberá revisar antes de febrero de 2015.
Sin embargo, los analistas confían en que este pueda ser otro paso preliminar para la reconciliación entre Argentina y los mercados internacionales.
Según la entidad financiera estadounidense J.P. Morgan, el nuevo índice de precios supone un "mea culpa" del gobierno argentino, pero se trata de un sistema "confiable" que puede abrir puertas al país en negociaciones internacionales.
"Unas estadísticas creíbles pueden facilitar que el FMI apruebe una resolución del Club de París (un organismo de naciones acreedoras conformado por 19 países). El ministro de Economía ha hecho de las negociaciones con el Club de París una prioridad y un acuerdo sobre casi US$10.000 millones adeudados ofrecería la evidencia de una normalización de las relaciones con los acreedores", reza el informe del banco.
Según J.P. Morgan, Argentina podría lograr un acceso más rápido a los fondos de emergencia del FMI y el potencial apoyo en litigios si fuera necesario.
En otras palabras, se allanaría el camino para que, si fuera necesario, Argentina pudiera volver a endeudarse.
O tal vez para que el país pueda recibir apoyo exterior en su batalla judicial con los llamados Fondos Buitres, tenedores de bonos argentinos que no quisieron sumarse a los canjes de deuda y que exigen en una corte de Estados Unidos que el estado les pague unos US$1.330 millones.
DESCONFIANZA EN LAS CALLES
Pero el optimismo en el exterior tras el anuncio del gobierno de Cristina Fernández no necesariamente dejó más tranquilos a los propios argentinos, que sienten que, con un índice de medición o con otro, los precios siguen subiendo.
"Me parece que con esta medida le están queriendo dar una cuota de realismo a la situación económica actual porque se les está cayendo todo", le dice a BBC Mundo Maximiliano, un taxista de Buenos Aires.
Aunque cree que "no va a haber más confianza a nivel internacional". "La verdad es que cuando la confianza se pierde de antemano después es muy complicado volver a recuperarla", dice.
"Todos sabíamos que los números se dibujaban. Espero que funcione, no sé si a corto plazo se verán los cambios", replica Marta, una empleada porteña.
Cristina, una trabajadora doméstica que se declara beneficiada por algunas medidas sociales del gobierno, asegura que "Seguramente esta nueva iniciativa ayude a recuperar la confianza internacional".
"Incluso, creo que ese es uno de los resultados que el kirchnerismo espera. Si anunciaron esta nueva medición por algo es", explica.
NUEVAS MEDIDAS
Mientras, el gobierno anunció que prepara nuevas medidas para frenar la subida de precios, aunque sin precisar cuáles.
"Enero fue un mes de incremento de los precios desmesurado", dijo el ministro de Economía, Axel Kicillof, quien confía que "los precios vuelvan a sus cabales en febrero", gracias a un acuerdo con proveedores y supermercados, incluyendo multas a comercios que lo incumplan.
"El Gobierno no es el que le pone etiqueta a los precios, sino son los comerciantes que especulan", aseguró a los medios Kicillof.
Sin embargo, en ciertos sectores hay temor a que algunas decisiones del gobierno sí puedan acabar modificando algunas etiquetas.
Desde la Casa Rosada se estudia una reforma del sistema de subsidios, que actualmente permite a los argentinos ahorrar miles de pesos en electricidad, transporte y otros servicios, pero que según estimaciones privadas supone ya el 5% de la economía nacional.
Los argentinos temen que en unos meses puedan llegar a sus casa facturas más caras, los sindicatos pelean para que los sueldos suban y los comerciantes insisten en que tendrán que elevar los precios para lidiar con la nueva coyuntura.
Y todo eso no parece poder calmarlo ni el nuevo método para medir la inflación.