Alberto Fernández, presidente de Argentina, y Martín Guzmán, su ministro de Economía, lideran la negociación de sus vidas.
El país con un historial de casi dos siglos de endeudamiento constante hoy posee una deuda bruta total de US$311.251 millones con organismos privados, que equivale al 91,6% de su producto bruto interno (PBI). Si hacemos la comparación con el Perú, la diferencia es significativa: al cierre del 2019, de acuerdo con el MEF, nuestra deuda pública se ubicó en 26,7% del PBI.
► Estos son los países con mayor porcentaje de trabajadores en sindicatos laborales
► Comercio internacional de China recibirá fuerte golpe por el coronavirus en enero y febrero
Si tomamos ese monto, además, el Perú tendría el presupuesto suficiente para financiar aproximadamente 100 trenes de cercanía que conecten a sus localidades (el estimado de inversión del mismo es de US$3.000 mlls.).
Para el presidente del Banco Central de Argentina, Miguel Ángel Pesce, el ‘default’ de la deuda soberana es una posibilidad, pero dijo que espera que ello “no suceda”.
No obstante, gracias al Fondo Monetario Internacional (FMI) –organismo al que debe unos US$44.000 millones–, Argentina ha conseguido un respirador artificial que en los próximos meses podría seguir operativo.
NO HAY ‘GUITA’
El miércoles pasado finalizó la misión del FMI para revisar las cuentas públicas del país y negociar su deuda. Tras ella, el fondo dijo que la deuda del país “no es sostenible” y dejó un importante mensaje para los bonistas privados: les pidió considerar una “contribución apreciable” para que se genere una reducción de los compromisos de pago; un concepto mejor conocido por los argentinos como “quita”. Esto fue saludado por el presidente Fernández, por ser un as bajo la manga para su gobierno en la renegociación con esos tenedores de deuda.
Así, ayer, desde Arabia Saudí, Guzmán y la directora gerenta del FMI, Kristalina Georgieva, confirmaron por primera vez de forma pública que el país y el organismo avanzan en un acuerdo para la confección de un nuevo programa de pagos.
Desde Argentina, Juan Luis Bour, economista jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas, precisa que el país necesita llegar a un acuerdo más o menos rápido porque los vencimientos de pago de la deuda se empiezan a acumular. “Deben estar procurando llegar a un acuerdo antes del 31 de marzo y sería conveniente tenerlo hacia fines de abril por lo menos; no mucho más allá porque en mayo los vencimientos son importantes”, dice.
Para Julio Rosales, profesor de la Universidad Nacional de Córdoba, con la comunicación el FMI crea importantes señales de que la renegociación de la deuda del país va a ser muy dura, y que habrá una reducción importante en el capital y en el pago de intereses para los acreedores privados.
“Es una estrategia similar a la que siguió el gobierno de Néstor Kirchner, que previo a la renegociación de la deuda que había quedado pendiente de pagos desde el 2002 hizo un acuerdo con el FMI en el cual Argentina se comprometía a respetar el pago de la deuda, pero la contrapartida es que el FMI le daba vía libre al país para que negociara directamente con sus acreedores privados”, remarca.
LO QUE SE ESPERA
María José Lucesole, periodista de “La Nación”, menciona en líneas generales que, al estar la agenda del gobierno completamente enfocada en la deuda pública, el resto de temas genera incertidumbre. “Argentina en este momento ni siquiera tiene un presupuesto de este año, no está claro cuál va a ser el crecimiento que está prepautado”, indica.
Según Bour, ello deja un clima de incertidumbre no solo para los empresarios del país, sino también para la población, puesto que día a día la agenda de prioridades cambia.
Un aspecto relevante que debe ser aclarado para mejorar el gasto público, de acuerdo a Bour, es aclarar la situación actual de las tarifas de luz y gas natural, que se encuentran subsidiadas por el Estado y por ende ven su precio real distorsionado.
“Hay mucha confusión. Un día se anuncia un descongelamiento en las tarifas de luz y gas natural; y el viernes el presidente dijo que no va. La economía este año tiene un arrastre negativo del año pasado y es muy difícil que evite tener una nueva caída promedio contra promedio. Nosotros estimamos una caída del PBI del 1%”, puntualiza.
¿Y EL RESTO DE LA ECONOMÍA ARGENTINA?
En la actualidad Argentina maneja distintos tipos de cambio: está el dólar minorista, mayorista, libre, solidario, ‘blue’ (informal), etc. Cada uno con diversas particularidades; aunque entre los más característicos está el “dólar ahorro”, al que se le aplica un impuesto del 30%. Ayer sábado 22 de febrero, el blue cotizó a $74,80 para la compra y $78,80 para la venta, 20,74% arriba del dólar oficial.
Rosales agrega la existencia del cepo cambiario, una restricción de compra de divisas que existe en Argentina para proteger sus reservas. Este límite aplica para el dólar oficial y se encuentra en US$200 mensuales.
Sobre la inflación, en el 2019 Argentina cerró con una inflación interanual del 54%. La periodista María José Lucesole menciona que una de las expectativas de la población es que esta cifra se reduzca y, a la par, que la economía se reactive.
Según cifras oficiales reveladas el viernes 21 de febrero, el último año del mandato de Mauricio Macri la economía argentina cayó 2,1%.
TE PUEDE INTERESAR
► Un año bastante rata, por David Tuesta
► Universitario: ¿Por qué los procesos de cambio de administración demoran tanto?
► Ahorro: ¿cuáles son sus principales enemigos? | FOTOS