(Reuters). Tres bancos británicos anunciaron que cambiarían de sede a Londres si Escocia se separa del Reino Unido, en un revés para quienes apoyan la secesión a solo una semana del referendo.
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Los anuncios de Lloyds y del Royal Bank of Scotland, ambos con sede en Edimburgo y parcialmente nacionalizados por el Gobierno de Reino Unido, y por los propietarios australianos del banco Clydesdale se conocen tras un sondeo de opinión publicado el miércoles que mostró que los defensores de la unión aventajan ligeramente.
Pero otra encuesta mostró el fin de semana por primera vez una ventaja para la opción del "Sí" a la independencia, lo que llevó a los líderes de los tres principales partidos de Gran Bretaña a visitar Escocia para convencer a los votantes de que ganarán más autonomía si eligen la opción del "No".
La posibilidad de que se decida una separación en el referendo del 18 de setiembre ha llevado a dirigentes políticos y representantes de empresas, como las petroleras Shell y BP, a expresar su preocupación.
En otro golpe a la campaña pro independentista, el influyente diario The Scotsman decidió permanecer en Gran Bretaña.
El banco Lloyds, donde el Gobierno británico tiene una participación de un 25% y es el controlador de Bank of Scotland, dijo que sus planes de contingencia incluían crear "entidades legales en Inglaterra", mientras que RBS dijo que "sería necesario modificar el domicilio de la sociedad holding del banco".
Por su parte, TSB Banking Group, propiedad en parte de Lloyds, dijo que era probable que reubicara algunas de sus operaciones en Inglaterra.
El ministro de Finanzas del Gobierno escocés, John Swinney, dijo a la radio BBC que el anuncio de los bancos era resultado de la negativa del Gobierno británico de acceder a una unión monetaria formal con una Escocia independiente.
El gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, también cuestionó el futuro de la divisa de una Escocia independiente, diciendo que necesitaría grandes reservas en libras esterlinas si adoptaba la divisa británica sin un acuerdo con el resto de Reino Unido.
Eso amenazaría las promesas económicas del líder del Partido Nacionalista Escocés, Alex Salmond, que quiere un acuerdo para compartir la libra, algo que el resto de partidos británicos han descartado.
Consultado sobre los temores de las empresas por la independencia, Salmond acusó al Gobierno británico de organizar un campaña entre los líderes corporativos para difamar a la secesión.
"Creo que el pueblo de Escocia ha avanzado más allá de esas advertencias y de esas historias alarmistas", dijo durante una conferencia de prensa.