(Reuters) - El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, confía en que las medidas de estímulos anunciadas en junio, ayudadas por un debilitado euro, impulsarán la demanda en la economía de la zona euro, pero resaltó el viernes que el organismo está preparado para actuar nuevamente.
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Hablando en la conferencia anual de banqueros centrales en Jackson Hole, Draghi dijo que las últimas cifras de crecimiento confirmaron que la recuperación del bloque de la moneda única permanece "uniformemente débil" y se comprometió a mantener la postura de política monetaria expansiva por un prolongado periodo de tiempo.
El BCE recortó las tasas de interés a mínimos récord en junio y lanzó una serie de medidas para inyectar dinero en la debilitada economía de la zona euro, donde la inflación se ha situado en lo que Draghi denominó "zona de peligro", debajo de un 1 por ciento, por 10 meses.
"Confío que el paquete de medidas que anunciamos en junio proporcionará de hecho el impulso destinado a la demanda, y estaremos preparados para ajustar nuestra postura de política aún más", aseguró Draghi en el texto de un discurso.
"El Consejo de Gobierno utilizaría también instrumentos no convencionales para salvaguardar el firme anclaje de las expectativas de inflación en el mediano a largo plazo", agregó.
Sin embargo, Draghi no agregó frases determinantes como las realizadas en la introducción de su conferencia de prensa de este mes cuando añadió "(...) en caso de ser necesario para seguir abordando riesgos de un muy prolongado periodo de baja inflación".
La herramienta más poderosa que le va quedando al BCE es la compra de activos a gran escala, conocida como alivio cuantitativo, aunque el jefe del BCE no hizo referencia a estas medidas en su discurso.
Draghi espera que un debilitado euro apoye a la economía, un planeado esquema para revivir el mercado europeo por préstamos securitizados y el nuevo plan de créditos a largo plazo, denominados TLTRO, de los que dijo existía "un significativo interés de los bancos".
"Ya hemos visto movimientos en el tipo de cambio que deberían respaldar la demanda agregada y la inflación, que esperamos sea sostenida por los esperados caminos divergentes de la política en Estados Unidos y el área euro", aseguró.
El euro tocó el viernes su mínimo nivel frente al dólar desde septiembre del 2013.
Mientras la zona euro se acerca hacia una deflación, luchando con un estancado crecimiento y tasas de dos dígitos en el desempleo, el panorama parece más auspicioso en Estados Unidos, donde la Reserva Federal ha comenzado a reducir sus estímulos.
Se espera ampliamente que la Fed comience a subir sus tasas de interés el próximo año, una medida que debería impulsar el alza al dólar y, por lo tanto, debilitar aún más al euro.