El Banco Central Europeo (BCE) decidió reducir sus tasas de interés de referencia al 0,15%, el nivel más bajo en su historia.
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Con esta medida, el BCE espera estimular el flujo de dinero en la economía e impulsar los negocios y de esa forma evitar una deflación en la Zona Euro (una caída de precios por falta de demanda).
Además, con esta medida también se penaliza por primera vez a los bancos que quieran dar créditos en lugar de invertir en la economía.
En adelante, las entidades financieras comerciales tendrán que pagar para ingresar el dinero en el banco central, en lugar de recibir intereses. De esta forma, los bancos se verán obligados a realizar inversiones fuera del BCE.