El efecto del coronavirus se sumó a la habitual volatilidad de los precios en el Año Nuevo lunar y llevó a la inflación minorista de China a un aumento no visto desde 2011, mientras que la mayorista acabó con seis meses de deflación, según datos oficiales publicados hoy.
Según las cifras divulgadas por la Oficina Nacional de Estadística (ONE), el índice de precios al consumidor (IPC), principal indicador de la inflación, aumentó un 5,4 % interanual en enero, nueve décimas más que en el mes anterior.
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Ese avance se sitúa, asimismo, por encima de las previsiones de los analistas, que habían previsto una subida de en torno al 5 %.
Al igual que en meses anteriores, los principales protagonistas de este aumento interanual fueron los alimentos, que elevaron sus precios un 20,6 %. Eso sí, hay que tener en cuenta que el Año Nuevo cayó el año pasado en febrero y este, en enero.
No obstante, la consultora Capital Economics destaca que, incluso en la comparación ajustada al anterior período festivo, los precios subieron más de lo habitual.
“Parece que las disrupciones en el suministro y el acopio compulsivo debido al brote del coronavirus ayudaron a que los precios de los alimentos se mantuviesen elevados en la semana posterior al Año Nuevo chino, cuando normalmente vuelven a bajar”, explica el analista de esa compañía Julian Evans-Pritchard.
El precio del cerdo, uno de los productos más demandados por los consumidores chinos, continúa imparable y aumentó el 116 % interanual el mes pasado (en diciembre lo hizo un 97 %), dado que su producción se ha visto mermada por una epidemia de peste porcina africana que ha diezmado la población de gorrinos en el país asiático.
El efecto de esa enfermedad -que no afecta a humanos- también se nota en el aumento de precios de la carne bovina (20,2 %) y ovina (10,4 %), ya que muchos están dejando de comprar cerdo y buscando sustitutivos.
También destaca la inflación en las verduras (+17,1 %) y la deflación de las frutas frescas (-5 %), un producto que durante 2019 había experimentado grandes aumentos de precio debido, según las autoridades, al efecto adverso sobre las cosechas de "condiciones climatológicas extremas".
La estadística de la ONE Dong Lijuan incluyó en su análisis una mención al crecimiento de los precios en la provincia de Hubei, epicentro del brote del coronavirus, donde tras el cierre de varias ciudades crecieron los temores a la falta de abastecimiento y la inflación que eso conllevaría.
Según los datos de la institución, el IPC subió en enero un 5,5 % en esa región: "El avance es muy similar al del resto del país, lo que refleja los resultados positivos del esfuerzo en garantizar los suministros y la estabilidad de los precios en los mercados locales".
Por otra parte, la ONE informó de que el índice de precios a la producción (IPP), que mide la inflación mayorista, aumentó un 0,1 % interanual en enero tras haber descendido un 0,5 % interanual en diciembre del año pasado.
Se trata del primer aumento interanual de este índice desde mayo de 2019 y acaba con seis meses consecutivos de deflación, según los datos de la Oficina.
“El coronavirus parece no haber tenido mucho impacto en el IPP (...) pero quizá solo sea que es demasiado pronto para ver el impacto de la demanda en los precios debido a que las fábricas estuvieron cerradas la última semana del mes por las vacaciones del Año Nuevo chino”, advierte Evans-Pritchard.