Mario Draghi hizo una última solicitud de apoyo fiscal en la eurozona cuando se despidió de la presidencia del Banco Central Europeo en una ceremonia a la que asistieron los líderes de las economías más grandes del bloque.
Frente a la canciller alemana, Angela Merkel, el presidente francés, Emmanuel Macron, y el presidente italiano, Sergio Mattarella, al igual que su sucesora, Christine Lagarde, Draghi dijo que las bajas tasas de interés ya no ofrecen el mismo grado de estímulo que en el pasado. Para que la política monetaria alcance su objetivo más rápido y con menos efectos secundarios, necesita de otras políticas para avanzar.
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“Necesitamos una capacidad fiscal de la eurozona de tamaño y diseño adecuados: lo suficientemente grande como para estabilizar la unión monetaria, pero diseñada para no crear un riesgo moral excesivo”, dijo Draghi. “Las políticas nacionales no siempre pueden garantizar la postura fiscal correcta para la eurozona en su conjunto”.
La eurozona ha luchado durante mucho tiempo con intentos para crear un presupuesto conjunto, pero se ha quedado corta en términos de lo que necesita. Alemania, que ha tenido excedentes durante media década, se ha negado a crear una herramienta común en medio de temores políticos de que se podría usar para gastos innecesarios en otros lugares.
Fiscal Firepower
Draghi señaló que Estados Unidos pudo dejar atrás la crisis mucho más rápido que el bloque monetario de 19 naciones, en parte debido a medidas fiscales y un mercado de capital unificado, algo por lo que la eurozona también ha luchado hasta ahora.
“EE.UU. ha tenido una unión de los mercados de capitales y una política fiscal anticíclica”, dijo. “La eurozona no tenía una unión de los mercados de capitales y contaba con una política fiscal procíclica”.
Merkel reconoció el mensaje de Draghi, sin llegar a defender explícitamente una unión fiscal considerable en el corto plazo.
“La política monetaria puede hacer muchas cosas pero no todo”, dijo. “El BCE no puede hacer la tarea de los gobiernos que ellos mismos necesitan terminar para fortalecer su competitividad”.
Valentía
Macron, quien dirigió el impulso más reciente para una capacidad fiscal a nivel europeo, citó la declaración que definió el legado de Draghi de 2012 cuando se comprometió a hacer “lo que fuera necesario” para salvar al euro de su crisis de endeudamiento.
“Solo puedo aplaudir el coraje del líder que sabía, a la vez que respetaba su mandato, cómo apelar a los Estados miembros para mostrar ambición e ir más allá de nuestros dogmas”, dijo Macron. “Ahora depende de nosotros, jefes de Estado y de gobierno, adaptar el mensaje ‘lo que sea necesario’ a la altura de su coraje y claridad de visión”.
Draghi admitió que coordinar políticas fiscales descentralizadas es intrínsecamente complejo, pero dijo que “las políticas descoordinadas no son suficientes, porque las repercusiones entre países de expansiones fiscales son relativamente bajas”.
El italiano, cuyo último día de trabajo es el jueves, deja a Lagarde con tasas de interés en mínimos récord y una nueva ronda de compras de bonos que divide a los miembros de su Consejo de Gobierno.
La francesa prometió continuidad de la política monetaria, pero también señaló que podría ser necesario repensar la estrategia de la institución, algo que algunos funcionarios han dicho abiertamente que se necesita.
“Las relaciones económicas y las tendencias cambian: las reacciones políticas que fueron apropiadas hace dos décadas ya no son válidas hoy en día”, dijo. “Solo a través de una investigación continua podemos entender completamente los contornos del problema y las formas en que podemos abordarlos, y proponer nuevas soluciones”.