Twitter es ahora de Elon Musk. A pesar de haberse negado a la primera oferta del fundador de Tesla el 15 de abril, el directorio de Twitter anunció finalmente que la red social pasará a manos de Musk como único dueño. La oferta del empresario sudafricano, nacionalizado canadiense y estadounidense, fue de US$44.000 millones, es decir, pagará US$54,20 por acción a cada miembros del directorio.
Después de toda una mañana de especulaciones al respecto, la venta fue aprobada de forma unánime por la junta directiva de Twitter y se espera que llegue a término este año tras la luz verde de los accionistas, los reguladores y otras condiciones habituales.
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Bret Taylor, presidente independiente de la junta de Twitter, según la Agencia EFE, explicó que evaluaron la propuesta de Musk centrándose en “el valor, la certidumbre y la financiación”, considerándolo beneficioso para los accionistas.
Según lo expresado por Musk, y recopilado por la Agencia EFE, para él la libertad de expresión es fundamental para garantizar la democracia funcional y Twitter es un espacio digital donde las personas y los pueblos discuten y debaten asuntos vitales para el futuro de la humanidad.
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Enfatizó también su deseo de mejorar la red social potenciando el producto con nuevas características, convirtiendo los algoritmos en una fuente abierta con el fin de incrementar la confianza en los usuarios y contrarrestar a los ‘bots’ de ‘spam’.
Para Miguel Ugaz, socio fundador de Mu Marketing & Content Lab, la situación genera ciertas preocupaciones respecto a si se alterarán o no algoritmos o se priorizarán ciertos contenidos sobre otros. “Habría que ver hacia donde lo lleva Musk. Me preocupa un poco los perfiles ególatras [como los de Elon Musk] creyendo que salvan el mundo haciéndose cargo de un vehículo de expresión tan potentes como Twitter”, comentó.
Erick Iriarte, principal partner and chief of Information Technology Law Area, consideró importante estar atentos para ver por donde Musk llevará los temas de transparencia de la gestión y control de la red social, así como cuáles serán los lineamientos morales que pudieran incorporar y descubrir como ellos podrían afectar a la libertad de expresión.
Durante la jornada del lunes, Twitter abrió su cotización en la bolsa con un valor de US$ 51.02. Tras las especulaciones sobre la venta de la red social, y su posterior confirmación, las acciones tuvieron un pico US$ 52,09 por acción. Al cierre de la jornada, presentó un avance de 5,66%, valorizándose en US$ 51,70.
El futuro de Twitter
Para Ricardo Chadwick, partner & executive creative director de Fahrenheit DDB Perú, en principio esta compra no debería afectar a Twitter, debido que el contenido es proporcionado por los usuarios. “Sin embargo, como sabemos, Twitter ha tenido una postura frente a personas que desinforman, llegando a bloquear cuentas. Estas decisiones han sido tomadas por un liderazgo más liberal. Pero con Elon Musk a la cabeza, esas decisiones si podrían cambiar”, comentó.
Para Ugaz existen dos escenarios. Respecto al peor, comentó, está aquel en el que Musk empiece a influir en el contenido que aparece o se prioriza. Mientras que el escenario positivo sería que Twitter mantenga el cuidado en la curaduría de temas de privacidad y contenidos, censurando incluso a personajes como Donald Trump. “Esperaría que se mantengan y se refuercen ciertos lineamientos de gobernanza ética”, comentó el fundador de Mu Marketing & Content Lab.
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Además, se encuentra sobre la mesa el deseo expreso de Musk de sacar a Twitter de la Bolsa de Nueva York. Una empresa no cotizada en bolsa es aquella que no participa en ningún mercado de valores de tal manera que sus participaciones no se pueden negociar en la Bolsa.
Según Erick Iriarte, convertir a Twitter en una empresa que no cotiza en bolsa significa eliminar la posibilidad de que cualquier persona pueda adquirir acciones; “pero también le quita las obligaciones de información que se deben entregar a entidad gubernamentales y, con ello, puede afectar la transparencia de la compañía”, sostuvo.
Mientras las acciones de Twitter despegaban tras la noticia y cerraban en positivo, las de Tesla registraban un retroceso de 0,70% al cierre de la Bolsa de Nueva York. Según Luis Eduardo Falen, Head of Macroeconomic & Strategy Research de Inteligo, “la baja de Tesla se podría explicar por la especulación del mercado debido a que, para recabar una parte de la oferta, Musk tendría que vender una parte de sus acciones de Tesla”, explicó.
El 15 de abril, Elon Musk, fundador de Tesla, anunció su deseo de comprar la red social Twitter poniendo sobre la mesa la opción de compra de US$54,20 por acción. La propuesta de Musk valorizó la compañía en US$43.390 millones. El magnate ya contaba con una participación del 9,2% de la plataforma social, lo que representa US$2.900 millones.
La oferta fue lanzada tres días después de que Musk rechazara formar parte del directorio de Twitter. Según una carta de Musk dirigida a Bret Taylor, presidente de la red social, el empresario habría invertido porque creía en el potencial de la plataforma y la libertad de expresión que esta demostraba. Sin embargo, una vez realizada la inversión, se habría dado cuenta de que era “imperativo” transformarla en una empresa privada no cotizada.