El calendario de pago de la deuda de Argentina es desalentador en enero, difícil en abril, complicado en junio y casi irremontable en julio. No es de extrañar que el presidente Alberto Fernández haya apelado a la buena disposición de los tenedores de bonos.
El nuevo gobierno del endeudado país anunció el 11 de diciembre que estaba comenzando conversaciones con los acreedores, antes de pedirles, una semana después, que negociaran de "buena fe". Ambas partes tendrán que actuar rápidamente para evitar el noveno incumplimiento de Argentina en 200 años de independencia.
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"Podría hacer realidad las peores pesadillas del mercado, esto es, un incumplimiento muy desagradable y un gran recorte", dijo en una entrevista Kathryn Rooney Vera, titular de investigación y estrategia de Bulltick LLC. Por otro lado, un acuerdo rápido "podría ser la sorpresa del año".
Poco más de una semana después de asumir el cargo, el presidente Fernández se vio obligado a retrasar el pago de US$9.100 millones en Letras del Tesoro Nacional (Letes), debido a que el banco central se quedó sin dólares. Fue la segunda medida de este tipo en cinco meses e dejó de manifiesto la gravedad de la crisis de deuda que enfrenta Argentina. Ahora Fernández tiene que persuadir a los tenedores de bonos para que reprogramen los pagos para ganar algo de tiempo mientras intenta reactivar la economía.
Pero el presidente se mueve contra el reloj. Si bien tomó años reestructurar la deuda de la nación después de un incumplimiento en 2001, esta vez, es posible que Argentina tenga menos de seis meses. La carga de deuda bruta de Argentina asciende a US$332.000 millones, incluidos los préstamos del Fondo Monetario Internacional. La deuda pendiente con bonistas privados es de aproximadamente US$148.000 millones.
El gobierno debe decidir cuán confrontacional quiere ser y cuánto puede ceder a los inversores que inyectaron dinero al país hace solo tres años.
“Necesitan que parezca que están haciendo lo correcto”, dijo Sailesh Lad, que administra US$2.600 millones en AXA Investment Managers Ltd, en Londres, y posee deuda argentina. “La clave es tratar de equilibrar lo que el gobierno quiere hacer con el fondo y los inversores”.