El gobierno finlandés suspendió un experimento social que había puesto en marcha a fines de 2016.
El gobierno finlandés suspendió un experimento social que había puesto en marcha a fines de 2016.
Redacción EC

El Gobierno de decidió descontinuar su programa con el cual ofrecía a unos 2.000 ciudadanos un ingreso mínimo universal, tras haberlo puesto en marcha por poco más de un año. 

El proyecto, que estuvo en la mira de todos luego de su lanzamiento, apuntó a restaurar la seguridad económica en una coyuntura de preocupación por la desigualdad y la automatización en los países más desarrollados; y para ello, básicamente, regalaba dinero sin reglas a desempleados seleccionados al azar para completar el programa.

Los 2.000 ciudadanos que tenían entre 28 y 58 años de edad recibían mensualmente 560 euros desde enero de 2017, lo que equivale a un aproximado de US$685, como parte del experimento social que también apuntaba a fomentar el empleo.

De acuerdo al Gobierno finlandés, el programa piloto que requirió un financiamiento de aproximadamente 20 millones de euros se enfocó en analizar por dos años si dicho salario básico ayudaba a impulsar la búsqueda de trabajo, aunque sea temporal, y a reducir la burocracia de las prestaciones sociales.

Así, los participantes estuvieron recibiendo una remuneración del Estado sin ningún tipo de requerimiento sobre cómo administrarlo ni condiciones de por medio. Se buscaba comprobar si aquellos desempleados llegarían a rechazar trabajos poco remunerados o empleos de corto plazo por miedo a que sus beneficios financieros se vieran drásticamente reducidos, fruto del extremadamente generoso pero también complejo sistema de seguridad social finlandés.

¿POR QUÉ NO FUNCIONÓ?
​En la opinión de Kela Olli Kangas, uno de los principales responsables del proyecto, este podría concretarse como una solución para afrontar los desafíos del mercado laboral. 

Pero a su juicio, el actual ensayo finlandés no es lo suficientemente amplio como para obtener toda la información necesaria para analizar la viabilidad del salario básico

”Dos años es un periodo demasiado corto como para sacar conclusiones exhaustivas. Deberíamos tener más tiempo y mayores recursos para lograr resultados fiables”, dijo Kangas a la televisión pública YLE.

Eso fue lo que llevó a Kela a solicitar más dinero del Estado finlandés para ampliar el experimento a un grupo de 10.000 personas a partir de 2019, entre las que habría parados, asalariados y trabajadores por cuenta propia, con un coste estimado entre 40 y 70 millones de euros.

Según un estudio publicado en febrero por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Finlandia debería aumentar un 30% su impuesto a las ganancias para poder financiar el ingreso básico universal y además sugirió un sistema de créditos universal como una alternativa más económicamente viable.

Ante los altos costos del programa, el Ejecutivo de Finlandia, liderado por el Primer Ministro Juha Sipilä, le dio la negativa a la solicitud de Kela y escogió explorar otro tipo de modelos alternativos para modernizar el sistema de seguridad social.

Kela, por su parte, tendría los resultados de su estudio a finales del 2019. Además de estudiar los efectos del experimento finlandés, el experto buscará compararlos con los de los ensayos de remuneración básica que se están realizando en otros países como Canadá, Holanda, Escocia, Kenia y la India.

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