El gobierno de China anunció este viernes que el país asiático y Estados Unidos han llegado a un acuerdo parcial para mitigar el conflicto comercial que enfrenta a ambas potencias desde el año pasado.
El viceministro de Comercio, Wang Shouwen, afirmó este viernes en rueda de prensa que las dos partes han llegado a un acuerdo de ‘primera fase’ que aborda temas como la transferencia de tecnología, la propiedad intelectual, la expansión del comercio y el establecimiento de mecanismos para la resolución de disputas, entre otros.
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Asimismo, Estados Unidos se compromete a retirar por fases los gravámenes que ambas partes se han ido imponiendo durante la disputa, según un comunicado publicado por la agencia oficial Xinhua.
Otros capítulos tratan la compra de productos agrícolas, servicios financieros, tasas de cambio y transparencia y la expansión del comercio, según la información.
El acuerdo deberá pasar por “procedimientos legales” en los dos países antes de ser firmado, añadió Wang, quien rechazó dar más detalles sobre el proceso de reducción de aranceles o sobre el volumen de compras de productos agrícolas estadounidenses al que se haya podido comprometer China.
El comunicado insiste en que el acuerdo se basa en los principios de la “igualdad y el respeto muto”, y que “sirve a los intereses fundamentales de los chinos, de los estadounidenses y de la gente de todo el mundo”.
“El acuerdo está en línea con las políticas chinas de reforma y apertura y sus necesidades de promover un desarrollo económico de alta calidad. Ayudará a fortalecer la protección de la propiedad intelectual, mejorará el entorno empresarial, ampliará el acceso al mercado chino y salvaguardará mejor los derechos e intereses legales de las empresas, incluidas las extranjeras, en China”, asegura.
También, añade que el pacto, fruto de arduas negociaciones, es “propicio” para fortalecer la cooperación entre los dos países y asegura que “conducirá a resolver las diferencias en el campo económico y comercial”.
Asimismo, señala que es propicio para mejorar la confianza del mercado global, estabilizar las expectativas de los mercados y crear un buen ambiente para la actividad económica en todo el mundo.
No en vano, las tensiones comerciales entre las dos mayores economías mundiales, que comenzaron el año pasado, han tenido profundas consecuencias mundiales.
En sus últimas previsiones de crecimiento mundial, publicadas en octubre, el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajaba sus proyecciones de expansión al 3% este año, dos décimas menos que en julio, lastradas por las dudas que ha generado esta disputa.