Washington y Beijing comenzarán a negociar rápidamente la “fase dos” de su acuerdo comercial pero su resultado se conocerá después de las elecciones estadounidenses de noviembre, dijo el jueves el presidente Donald Trump.
Sus declaraciones fueron hechas a pocos días de que llegue a Washington el viceprimer ministro chino Liu He para firmar el día 15 la “fase uno” de ese acuerdo que marca una tregua en una guerra arancelaria que lleva casi dos años.
► Airbus aumenta su producción en EE.UU. en plena guerra de aranceles
► EE.UU. y China desempolvan acuerdos corporativos antes del pacto
Trump dijo que tiene dudas sobre si los productores agrícolas estadounidenses darán a basto para satisfacer la elevada demanda china prevista en ese acuerdo.
“Comenzaremos inmediatamente a negociar la fase dos. Llevará poco tiempo”, dijo Trump a periodistas.
“Podría esperar a terminarlo después de las elecciones porque creo que podemos tener un acuerdo un poco mejor; quizás no mucho mejor”, añadió.
Tras largas negociaciones alteradas por enfrentamientos, ambas partes llegaron en diciembre a un acuerdo parcial que aparentemente solo satisface algunas de las demandas de Estados Unidos a China.
En las últimas semanas, observadores dijeron que el apetito por cerrar esa “fase dos” no sería muy grande aún cuando se sigan aplicando muchos aranceles durante el conflicto.
En la llamada “fase uno” China se comprometió a comprar un mínimo de 200.000 millones adicionales de bienes estadounidenses en los próximos dos años. Eso incluye US$ 50.000 millones adicionales de importación de productos agrícolas, según el Representante Comercial de Estados Unidos Robert Lighthizer.
Las exportaciones agrícolas estadounidenses a China alcanzaron su máximo en 2012 cuando llegaron a US$ 26.000 millones.
“La gran cuestión es si los productores podrán responder a tanta demanda”, dijo Trump el jueves. “Es el mayor contrato jamás firmado”, aseguró.
En las últimas semanas los mercados saludaron con expresivas alzas el enfriamiento del conflicto sino-estadounidense que jaquea no solo a ambas potencias sino a la economía mundial.