La Unión Europea y el bloque sudamericano Mercosur comenzará la próxima semana una nueva ronda de reuniones comerciales, con renovado optimismo de que los negociadores podrían estar cerca de un acuerdo después de casi 20 años de conversaciones.
En vista de que las negociaciones comerciales con Estados Unidos se congelaron después de la victoria de Donald Trump en 2016, la Unión Europea ha volteado hacia otras grandes economías y ya alcanzó acuerdos con Japón y México.
El Mercado Común del Sur (Mercosur) integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay es el cuarto bloque comercial más grande del mundo y es el próximo objetivo de la UE en su lista debido al impulso extra dado por las restricciones a la importación de metales introducidas por Trump.
“Nunca hemos estado tan cerca. El principio del fin está ahí”, dijo un diplomático de la UE familiarizado con las conversaciones, y agregó que ambas partes ahora comprenden mejor las limitaciones del otro.
En términos de reducción de aranceles, podría ser el acuerdo comercial más lucrativo de la UE hasta la fecha, con ahorros potencialmente tres veces mayores que en los pactos con Canadá y Japón combinados.
La última ronda de conversaciones, en abril, finalizó con un progreso limitado y con acusaciones mutuas sobre quién estaba entorpeciendo un acuerdo.
El ministro de Agricultura de Francia, quien junto a Irlanda está más preocupado por un fuerte aumento en las importaciones de carne de vacuno, dijo el mes pasado que pensaba que las conversaciones estaban “a punto de morir”.
Siguen existiendo lagunas claves en cuanto a la distancia entre los mercados de los productos industriales y de los productos agrícolas, como la carne de vacuno de América Latina y los productos lácteos de la UE.
La comisionada de Comercio de la UE, Cecilia Malmstrom, dijo el viernes que esperaba progresos en asuntos difíciles la próxima semana, pero advirtió que se requerirían más conversaciones.
La UE quiere exportar más automóviles y busca la protección para los nombres de alimentos y bebidas, “indicaciones geográficas” (IG) que especifican, por ejemplo, que el término “feta” sólo puede aplicarse al queso de Grecia y elaborado principalmente con leche de oveja.
Un diplomático europeo dijo que los autos y las indicaciones geográficas eran los requisitos centrales del bloque.
La UE tiene 357 IG que quiere que sean reconocidas y ve casi 50 de ellas en dificultad, incluyendo el feta, el queso manchego, el parmigiano-reggiano, el coñac, así como el rioja y el prosecco, lo que refleja la emigración masiva del sur de Europa en el Siglo XIX y principios del XX.
El Mercosur tiene unos 250 IG en su lista de peticiones.
En cuando a los automóviles, las negociaciones se han centrado en el período durante el cual los aranceles deberían reducirse y en el nivel mínimo de contenido local requerido.
La Unión Europea parece poco probable que vaya más allá de una indicación de que podría aumentar las importaciones de carne del Mercosur en 99.000 toneladas, pero tiene más espacio para maniobrar en otros productos, como azúcar y etanol.