Hace cuatro años, Nike Inc. invirtió en una startup con sede en Sunnyvale, California, llamada Grabit, que utiliza la electroadhesión. (Foto: Bloomberg)
Hace cuatro años, Nike Inc. invirtió en una startup con sede en Sunnyvale, California, llamada Grabit, que utiliza la electroadhesión. (Foto: Bloomberg)
Agencia Bloomberg

La parte más intensiva del trabajo para armar un par de zapatillas es montar el “upper”, la parte flexible del calzado que va sobre el pie. Muchas veces, esta pieza parece estar hecha de un solo trozo de material sin costuras visibles, pero en realidad pueden llegar a ser 40 piezas unas sobre otras y calentadas para fusionarse.

Los manejan gran parte del proceso de fabricación de calzado, pero esto sigue estando por encima de sus capacidades, por ende los humanos siguen a cargo.

Aunque ahora eso está cambiando. Hace cuatro años, Nike Inc. invirtió en una startup con sede en Sunnyvale, California, llamada Grabit, que utiliza la electroadhesión —el tipo de electricidad estática que pone los pelos de punta al frotarlos contra un globo— para ayudar a las máquinas a manipular objetos de formas novedosas. Más recientemente, Nike se transformó en uno de los primeros clientes de esa startup.

En los últimos treinta días, Grabit comenzó a proveer a las instalaciones que fabrican zapatillas Nike con un puñado de máquinas de montaje de "uppers" capaces de trabajar 20 veces más rápido que una persona. Para fin de año, cerca de una decena de esas máquinas estará operando en China y México.

Esto podría ser un paso adelante en el intento de Nike de transformar el aspecto económico de la fabricación de calzado y así poder reubicar la fabricación más cerca de los grandes mercados de consumo en Estados Unidos y Europa.

Prácticamente todos los fabricantes de objetos físicos están interesados en la automatización. Desde hace años los brazos robóticos realizan gran parte del trabajo en las ensambladoras de autos y Amazon patrocina un concurso anual para que los académicos fabriquen robots lo suficientemente inteligentes para recoger objetos que nunca vieron antes.

En el caso de Grabit, la asociación a Nike demuestra que su trabajo está llamando la atención de las empresas de indumentaria más destacadas del mundo.

Hay poco más de un millón de personas que fabrican zapatillas Nike en 591 fábricas alrededor todo el mundo, según la empresa. La producción se concentra mucho en los mercados con mano de obra barata en Asia.

A la empresa le gustaría trasladar las operaciones más cerca de los grandes mercados de consumo en Europa y EE.UU. Nike tiene un proyecto de innovación en fabricación avanzada en Oregon y en 2015 anunció una colaboración con Flex, una de sus socias de fabricación, para desarrollar tecnología nueva.

Grabit “encaja estratégicamente en la campaña de Nike para acelerar la fabricación avanzada”, dijo por correo electrónico Eric Sprunk, director de operaciones de Nike. Grandes competidores del gigante de indumentaria deportiva como Adidas y Under Armour  están impulsando iniciativas propias de fabricación avanzada con objetivos similares en mente.

Hasta ahora, los robots son demasiado caros como para justificar su desempeño regular en la fabricación de calzado, dice Dan Kara, director de investigación en robótica, automatización y sistemas inteligentes de ABI Research.

Pero la tecnología y los incentivos financieros están cambiando de una forma que indica una gran transformación en el equilibrio entre el trabajo humano y el de la máquina.

“Es un mercado enorme, no está bien atendido y los fabricantes sienten la presión para hacer las cosas con más eficiencia”, dijo.

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