Si miramos la economía mundial, veremos que el 2014 fue el año de la desaceleración, principalmente por la escasa recuperación de las economías europeas y la pérdida de empuje de los países emergentes, como Rusia y China.
Estados Unidos registró un crecimiento sorpresivamente fuerte en el tercer trimestre del año, lo cual hace posible pensar que el 2015 será protagonizado por un fuerte impulso de la economía estadounidense.
Europa, en cambio, está sufriendo la timidez del Banco Central Europeo y Japón se hundió en la recesión en el tercer trimestre del año, por la caída del consumo.
En los últimos meses, sin embargo, el país que más preocupación ha generado es Rusia, que ha visto su moneda, el rublo, desplomarse casi un 50% en pocos meses y sufre las consecuencias de la caída del precio del petróleo y las sanciones por la anexión de Crimea.