Los nubarrones se acumulan para el crecimiento mundial. La OCDE pidió este miércoles a los Estados que se preparen para "tiempos más difíciles" y jueguen en equipo en vez de emprender una escalada comercial.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) confirmó la desaceleración del crecimiento mundial al recortar dos décimas -por segunda vez en dos meses- su previsión de crecimiento mundial para situarla en el 3,5%.
Sin embargo, mantuvo sin cambios su proyección para este año, en el 3,7%, tras haberla rebajado una décima en septiembre.
"Estas proyecciones reflejan claramente la necesidad de una cooperación internacional", declaró el secretario general de la organización, el mexicano Angel Gurría, al presentar los nuevos datos en la sede de París.
"El sistema internacional que ha regido el comercio desde el final de la Segunda Guerra Mundial se ha debilitado", señaló antes de repetir una vez más que "el proteccionismo no es la respuesta correcta".
La economista jefe de la OCDE, Laurence Boone, consideró por su parte que "el comercio constituye la principal amenaza" para el crecimiento mundial.
"Y la falta de diálogo es nuestra principal preocupación", agregó cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó una ofensiva contra los socios comerciales de su país, empezando por China.
"El recrudecimiento de las tensiones comerciales podría pesar en el crecimiento de los intercambios y del Producto Interior Bruto (PIB), y generar todavía más incertidumbre para la inversión de las empresas", subrayó.
Esta guerra comercial, sobre todo la que libran Washington y Pekín, también podría acelerar la inflación -por el efecto que los aranceles tendrían en el precio de los productos-, lo que provocaría un aumento más rápido de lo previsto de las tasas de interés en Estados Unidos.
Un endurecimiento de la política monetaria estadounidense constituye el segundo riesgo más importante para la OCDE porque "podría acelerar las salidas de capitales procedentes de las economías emergentes y hacer retroceder todavía más la demanda", alertó Boone.
Las tensiones comerciales comportan un tercer peligro, el de "una neta aceleración de la actividad en China (que) golpeara no solo a las economías emergentes sino también a las economías avanzadas, si ese choque provocara una caída de las cotizaciones de las acciones y un aumento de las primas de riesgo en el mundo", subrayó la economsta.
RECUPERAR LA CONFIANZA
Ante el riesgo de un freno más brusco que lo previsto del crecimiento mundial, la OCDE instó a los gobiernos a "reforzar su cooperación y a prepararse para tiempos más difíciles", sobre todo para reaccionar conjuntamente con medidas presupuestarias.
"Aunque no se trate de nuestro escenario central, pensamos que las economías más importantes deberían preparar desde ahora el terreno para una respuesta coordinada", insistió Gurría.
Boone estimó que una "reactivación presupuestaria coordinada a nivel mundial sería una manera eficaz de reaccionar rápidamente a una desaceleración mayor de lo previsto".
En detalle, la OCDE mantuvo sin cambios sus previsiones para la economía estadounidense, que continuará uno de los ciclos de crecimiento más largos de su historia al ritmo de 2,9% este año y de 2,7% el que viene.
En cambio, volvió a recortar sus pronósticos para la zona euro, cuya economía solo debería crecer este año un 1,9% y un 1,8% en 2019, una décima menos en ambos casos de lo previsto en septiembre.
Alemania y Francia crecerán lo mismo, un 1,6%, este año y el próximo.
En cuanto al Reino Unido, la OCDE mantuvo sin cambios su previsión del 1,3% para este año, pero subió dos décimas, al 1,4%, la de 2019, el año del Brexit.
Por último para China, la organización redujo una décima sus previsiones para este año, hasta el 6,6%, y el que viene (6,3%).