¿Cómo se siente el legado del Nobel Kenneth Arrow en el Perú?
¿Cómo se siente el legado del Nobel Kenneth Arrow en el Perú?
Redacción EC

Por Alfonso de la Torre, economista

Desde la diversificación productiva hasta las adendas de Odebrecht, pasando por nuestro alicaído sistema electoral, el legado intelectual de  (Premio Nobel de Economía de 1972) se siente todos los días en el Perú. 

Consideremos, por ejemplo, la “economía del conocimiento” tan de moda hoy. Entre los economistas, esto está asociado a lo que se conoce como crecimiento endógeno, que en términos simples implica que la productividad es resultado de un proceso complejo de aprendizaje al interior de la firmas y no fuera de ellas. Arrow fue quizá el primero en identificar el potencial de este enfoque cuando todos sus colegas se limitaban a asumir que la productividad caía del cielo en sus teorías, allá por 1962.

Arrow acuñó la frase “aprender haciendo”: cuando las empresas compiten, éstas intentan nuevas formas de hacer las cosas, y mientras algunas fracasan, otras tienen éxito y expanden lo que se puede hacer con los mismos insumos. Esto a su vez ha motivado a muchos economistas, desde Kiminori Matsuyama hasta Dani Rodrik, a estudiar qué industrias son más propensas a “aprender haciendo” que otras, enfatizando la importancia de este tipo de sectores para el incremento de la productividad. La diversificación productiva que se busca emprender hoy en el Perú, por ejemplo, es un resultado directo de estas ideas.

Otra área en la que Arrow dejó un legado difícil de igualar es el análisis de sistemas de votación. Supongamos por un momento en las últimas elecciones se hubiera elegido solamente entre Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski para que el ganador entre ambos luego compitiera contra Verónika Mendoza. El lector seguramente sospechará que el resultado de este proceso sería distinto si es que, en cambio, se eligiera primero entre Kuczynski y Mendoza para que luego el vencedor enfrentara a Fujimori.

Esta aparente inconsistencia, que se deriva del orden en el que se toman las decisiones, llevaron a Arrow . En la práctica, el teorema dicta que un sistema de votación no puede ser democrático, predecible, independiente de opciones irrelevantes, consistente y dar oportunidades a todos al mismo tiempo: tiene que elegir cuatro de estas cinco características. En un momento en el que las voces que reclaman una necesaria reforma electoral en el Perú son cada vez más fuertes, es fundamental no perder de vista que cualquier alternativa que elijamos como país implicará algún tipo de costo.

Finalmente, Arrow también realizó observaciones que son fundamentales para entender el rol de la información en la actividad económica. En particular, el trabajo de Arrow desde 1963 contribuyó a desarrollar el concepto de “riesgo moral”: una transacción entre dos agentes económicos puede llevar a que uno modifique su comportamiento de manera negativa tomando ventaja de que cuenta con información que su contraparte no tiene.

Los recientes escándalos alrededor de la firma sucesiva de múltiples adendas con la empresa Odebrecht en el marco de asociaciones público-privadas son un ejemplo. Es más fácil para la empresa inflar costos mediante múltiples adendas si los organismos de control dentro del Estado no cuentan con información sobre el costo real de desarrollar la infraestructura sujeto del contrato. Si no fuera por las confesiones que han destapado una corrupción profunda, es posible que la firma de adendas de este tipo continuaría sin problema.

Crecimiento endógeno, sistema de votación y riesgo moral: contribuir al desarrollo de una sola de estas tres ideas sería el logro de una vida para el economista promedio; Arrow se las ingenió para ser la figura central de las tres.  Muchos señalan que los economistas exageramos sobre cuánto es que realmente sabemos—y probablemente tienen razón. Sin embargo, nuestro conocimiento sería aún más pobre si no fuera por el legado de Kenneth Arrow.

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