Según la reforma de Maduro, en septiembre cada trabajador pasará a ganar 1.800 bolívares soberanos, el equivalente de 180 millones de bolívares actuales. (AFP)
Según la reforma de Maduro, en septiembre cada trabajador pasará a ganar 1.800 bolívares soberanos, el equivalente de 180 millones de bolívares actuales. (AFP)
Daniel Macera

Además de crear el Viceministerio de la Suprema Felicidad, la gestión del mandatario venezolano, Nicolás Maduro, construyó en el 2013 los cimientos de una recesión económica que ha tenido como resultado el recorte de su PBI al 2018 en casi la mitad (45%) y una hiperinflación que se estima en 1’000.000% para fines de año. Por este motivo, este domingo, a escala nacional, Venezuela llevó a cabo un apagón bancario por 24 horas para que los bancos realicen una reconversión monetaria que eliminará cinco ceros al bolívar

La Fondo Monetario Internacional (FMI), Venezuela culminaba el año en 2.616% y se acercaría al millón una vez finalizado diciembre.

Visto en perspectiva, la hiperinflación venezolana culminaría el año superando, y de lejos, al 29.525% de Alemania luego de la Primera Guerra Mundial.

Las causas de la hiperinflación venezolana responden principalmente a la creación de dinero más rápido que el aumento de su producción de bienes y servicios, similar a lo ocurrido en la década de 1980 en el Perú. Esto se suma a una política de control de precios y de tipo de cambio, y a una caída en las importaciones e inversiones extranjeras.

De esta manera, entre el 2008 y el 2018, más de 500.000 empresas privadas han dejado de operar, según el Instituto Nacional de Estadísticas de Venezuela. Asimismo, en 12 años, de las casi 1.369 empresas que fueron expropiadas desde el régimen de Hugo Chávez, mil se encuentran quebradas, según la ONG Cedice.

ORO NEGRO INVISIBLE

Lo mencionado anteriormente se complementa con la dependencia del Estado Venezolano por el petróleo y la caída del precio del barril, lo cual ha llevado a Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), la empresa estatal petrolera, a su peor crisis financiera registrada: acumula una deuda de alrededor de US$40.000 millones, según estimados de Reuters.

PDVSA tiene la responsabilidad de traer el 98% de los dólares a la economía y está siendo objeto de sanciones por lavado de dinero, litigios perdidos y pésimos manejos”, explica Víctor Maldonado, profesor de la Universidad Católica Andrés Bello de Venezuela.

Tras las bajas en el precio, de acuerdo con un estudio del portal ProDaVinci, Maduro recortó drásticamente las importaciones, lo que terminó afectando a las empresas y al Estado.

“A diferencia del resto de los países petroleros, Venezuela no ahorró durante los tiempos de los altos precios del barril, se endeudó e invirtió en proyectos que no generaban ingresos en divisas”, se indica en el estudio.

Desde el 2013, PDVSA pasó de producir 2,79 millones barriles diarios (b/d) a solo 1,39 millones b/d en mayo del 2018, según cifras de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, y va camino a reducirse hasta 1,38 millones b/d al final de este año, el nivel más bajo desde 1950.

ARMAS POLÍTICAS Y SOCIALES

Siendo este el panorama, la frustración más grande, explica Maldonado, es que el discurso político y económico está “impregnado de populismo”, lo cual no permite alcanzar una estabilidad monetaria, sino que incentiva a manejar la moneda en base a criterios políticos.

De hecho, este viernes, Maduro, aumentó el salario mínimo a un nivel 35 veces superior al actual, lo que equivale a US$723 o US$45, según las tasas oficiales de referencia (Dipro, dirigida a bienes y servicios prioritarios, y Dicom, para el resto de productos; la brecha entre ambos es de 16 veces). Entre el 2017 y el 2018, el sueldo mínimo ha sido elevado en 11 ocasiones.

Adicionalmente, el mandatario explicó que el petro, la criptomoneda gubernamental, tendrá un valor de 3.600 bolívares (US$1.446 o US$89,7). 

Y, finalmente, señaló que mañana lunes se depositará una bonificación de 600 bolívares soberanos (US$241 o US$15) a 10 millones de inscritos en el carnet de la patria, un censo en el que el gobierno asegura se ha registrado la mitad de la población y que la oposición acusa de ser un arma de control social y político.

“Quitar ceros al billete es como maquillar a un zombie pensando que lo vas a revivir. El gobierno fue obnubilado por una economía petrolera que ha hecho sentir que no importa cuánto se gaste, siempre habrá una renta mínima que va a enmendar todo”, sostiene Maldonado.

Al 2017, el saldo consolidado de la deuda externa de Venezuela era de US$143.000 millones, esto equivale, a casi 143% de su PBI, según el banco de inversiones Torino.

De esta manera, la pobreza alcanzaba al 87% de la población, que a su vez está perdiendo peso de manera alarmante: solo en el 2017, el 50% de venezolanos perdió 11 kilos, según la Encuesta de Condiciones de Vida de Venezuela.

“Estamos ante la debacle social y económica más grande de América Latina en el siglo”, detalla Marino González, profesor de Políticas Públicas de la Universidad Simón Bolívar de Venezuela.

Con más de millón y medio de venezolanos que han migrado desde el 2017, la situación económica parece haber sometido a la sociedad a una serie de golpes anímicos difíciles de esquivar, por más viceministerios de la suprema felicidad que puedan ser creados.

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