Caída de bolsa china golpeó fuertemente al Wall Street
Caída de bolsa china golpeó fuertemente al Wall Street
Redacción EC

Wall Street ha sido el objetivo de muchas críticas en años recientes. Ahora se añade una nueva de parte de quienes aseguran que el sector financiero en está jugando un papel cuestionable de intermediario en la filantropía estadounidense, poniéndose entre medio de los que donan a obras de caridad y los beneficiarios de ese dinero.

Aseguran que la intermediación de firmas de Wall Street puede estar demorando el flujo de fondos desde los ciudadanos hacia las organizaciones que ayudan a los más necesitados en el país.

Los mayores donantes

Los estadounidenses donan más recursos a la caridad que ninguna otra nacionalidad. En 2014 entregaron US$358.000 millones a múltiples causas. Pero hay un fenómeno relativamente nuevo y creciente.

Cada año, cerca de 7% de ese monto de dinero entregado a la caridad, o sea aproximadamente US$20.000 millones, es canalizado a través de entidades llamadas Donor Advised Funds (Fondos Asesorados por Donantes o DAF, por sus siglas en inglés), muchas veces controlados por grandes grupos financieros.

En vez de entregar el dinero directamente a la Cruz Roja o a cualquier otra entidad benéfica, muchos estadounidenses se los entregan a los DAF, que van realizando, posteriormente, donaciones a su nombre, según las instrucciones del donante.

Pues reciben de manera inmediata descuentos de impuestos por todo el dinero que transfieren a los fondos, aunque las donaciones vayan teniendo lugar gradualmente en el futuro.

Lo que les gusta a algunos donantes que no están enteramente seguros sobre dónde quieren que vayan sus donaciones caritativas.

Y para las entidades financieras que controlan los DAF hay utilidades que resultan de las tarifas administrativas que cobran, entre otros beneficios. Pero ¿y para los destinatarios finales de las donaciones?

Cada año entran aproximadamente US$20.000 millones a los DAF, pero estos solo entregan a las entidades de beneficencia cerca de US$5.000 millones cada año, según le dice a BBC Mundo Daniel Borochoff, director de Charitywatch, una organización no gubernamental estadounidense que vigila al sector de beneficiencia.

Charitywatch no está sugiriendo que ese dinero no llega nunca a sus destinatarios, pero alega que están ocurriendo unas demoras que causan problemas.

Borochoff sugiere que los DAF, muchos de ellos dependientes de grandes entidades financieras de Wall Street como Fidelity y Schwab, están aplazando por un buen tiempo, a veces varios años, la entrega de recursos que pueden llegar a US$15.000 millones anuales.

En ese periodo de demora entre el momento en que el donante les entrega el dinero y cuando lo envían a la entidad benéfica, las DAF están cobrando algunas tarifas de administración. "No tienen mucho incentivo en apresurar el trámite", asegura Borochoff a BBC Mundo.

Momentos difíciles

"Esto es especialmente preocupante en un momento como el actual en que muchas personas están pasando dificultades. Además, el gobierno de EE.UU. ha recortado sus gastos de ayuda a las entidades de beneficencia", puntualiza.

Por lo que el dinero en los DAF podría ser crucial para garantizar la estabilidad de esas entidades caritativas, alega.

El vocero de Charitywatch pide "que se establezcan reglas que limiten el tiempo en que los DAF pueden demorarse en transferir el dinero de las donaciones a las entidades que cumplen las funciones benéficas".

Para Borochoff, la participación de las grandes entidades financieras en este mercado de las donaciones caritativas tiene intenciones cívicas pero también de lucro.

Los DAF organizados por los grupos financieros promueven la caridad y en ese sentido cumplen un papel socialmente importante, puntualiza.

Pueden ser también más eficientes para administrar los recursos de las donaciones que otras alternativas, como por ejemplo que el donante creara su propia fundación caritativa para distribuir el dinero a obras benéficas, indica Borochoff. Pero de todos modos "hay un elemento de lucro para las entidades financieras", advierte.

Más simple

No sorprende saber que las entidades financieras no están de acuerdo con las críticas que reciben.

En entrevista con el diario Washington Post, un vocero de Fidelity Charitable, una de las principales firmas del sector, sugiere que su actividad aumenta el monto de dinero destinado a la caridad, pues le s facilita a los individuos los trámites, a veces complejos, que tales donaciones requieren.

BBC Mundo intentó contactar a Schwab Charitable, otra de las mayores entidades creadas por el sector financiero para canalizar las donaciones, para conocer su respuesta a las críticas, pero no consiguió respuesta al momento de publicar este artículo.

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