Para nadie de la industria cervecera es un secreto la intención que tiene AB Inbev de adquirir a su competidor más grande: SABMiller. Los rumores sobre esta operación han circulado desde el 2011 y han tomado más fuerza en estas semanas luego de que trascendiera que la belgo-brasileña buscaría un financiamiento de US$122 mil millones para comprar a la cervecera sudafricana.
Ante este escenario, surgen varias interrogantes:¿Cómo cambiará la industria cervecera mundial?¿Por qué adquirir SabMiller? ¿Cuánto ganará AB Inbev?
PASOS DE GIGANTE
Con operaciones en 24 países y 200 marcas, el 2013 AB InBev tenía 19,7% del volumen global de cervezas y una facturación de US$43.200 millones. Era la empresa más grande de la industria. Llegar a tener esta posición se debe a una sucesiva línea de compras y fusiones que se han venido dando en los últimos diez años.
En el 2004, Interbrew y Ambev (en ese momento la tercera y la quinta cerveceras más grandes, respectivamente) se unieron para formar la compañía más grande de la industria global: In Bev.
Luego de algunas compras, la nueva empresa se fusionó en el 2008 con Anheuser-Busch en una transacción que demandó US$52 mil millones. Su última adquisición –que se concretó el 2013– fue la del Grupo Modelo, la cervecería líder de México y dueña de la marca Corona, por US$20.100 millones.
Gracias a una política de reducción de costos operativos, AB InBev ha estado pagando de manera gradual la deuda que asumió para realizar la compra de la compañía mexicana. Esto le ha dado un aumento en su flujo de caja propicio para pedir un crédito para adquirir SABMiller. De darse la adquisición, ésta sería la compra más grande que realizaría la belgo-brasileña.
Al igual que AB Inbev, SABMiller también labró su camino a través de fusiones y adquisiciones, lo cual se concretó entre 1994 (cuando decide ir más allá de las fronteras de Sudáfrica) hasta el 2008. La cervecera pasó por un fuerte ritmo de compras en África, Asia y América, es en este último continente donde realizaría dos de sus negocios más importantes: la adquisición de Bavaria (Colombia) y Miller (EE.UU.)
Hoy en día, la sudafricana tiene 200 marcas en 80 países y es responsable del 9,6% del mercado global de cervezas. Al 2013, contaba con una facturación de US$26.932 millones.
Cabe decir que el bastión de la compañía es Latinoamérica, región que aporta el 33% de su EBITDA. En algunos mercados latinos, SABMiller disfruta del primer lugar de las ventas como en Colombia y el Perú.
SIGUE SIENDO EL REY
Con la posible compra de la sudafricana, AB InBev tendría el control de casi un tercio de la oferta global de cervezas. En vista de las leyes anti-monopolio, algunos especialistas proyectan que la compañía belgo-brasileña tendría que vender la participación actual de su competidora en MillerCoors (EE.UU.) y CR Snow (China).
Pero este no sería el único obstáculo que debería superar. De acuerdo a la revista ‘Fortune’ esta fusión podrían aumentar más las deudas en la industria y sobre todo de la firma. La dueña de Brahma y Budweiser tiene una deuda neta de US$39 billones, mientras que SABMiller tiene una acreencia a largo plazo por US$15 billones. Para el 2015, ambas empresas tendrían un flujo de efectivo de US$26 billones.
Aunque la compra afianzaría a AB InBev como la cervecera más grande, con 400 marcas en cartera, y le permitiría escalar posiciones en algunos países, la deuda que asumiría llevaría a Fitch Ratings a rebajar su grado de inversión a débil. Esto ya lo había adelantado hace unos días la clasificadora de riesgo.
La competencia con las cervezas artesanales e informales y el estancamiento del mercado estadounidense (de donde proviene el 37,5% del EBITDA y el 27,4% de sus ventas) hace que muchos de los accionistas de AB InBev estén muy interesados en una fusión pese a las consecuencias anteriormente descritas.
Recientemente, los accionistas de referencia de la firma como Alpine Woods, Capital Investors LLC y Henderson Global Investors han mencionado que hacerse de la dueña de Miller y Peroni permitirá a su compañía crecer sobre todo en mercados emergentes como África y Asia donde SABMiller ha logrado desarrollar su negocio con gran habilidad.
En esa línea, Matthew Beesley, jefe de acciones globales de Henderson Global Investors, remarcó a ‘Blooomberg News’ que este podría ser un paso evidente y el último para AB InBev. “El acuerdo también tiene claros motivos estratégicos, ya que cubre todos los vacíos geográficos que la firma quiere llenar”, agregó.
Mientras AB InBev ganaría gran participación en el mercado, para SABMiller esta transacción significaría una derrota moral de quien sabe hacer cerveza frente al que conoce de números. Los especialistas del sector coinciden en que el gran perdedor será el consumidor. Con mercados cautivos y baja competencia, los compradores tendrían pocas opciones de elección y –posiblemente– los precios se elevarían. Otros grandes perjudicados son los proveedores ya que la nueva empresa manejaría precios y condiciones.
Pero, ¿cuál es la opinión de la cervecera sudafricana? Aunque han preferido no dar declaraciones, Alan Clark, su CEO, declaró a ‘Bloomberg News’ en enero pasado que se podrían ver cifras, pero era inevitable que esta transacción generaría una pérdida y destrucción de valor.
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