Las mandarinas son uno de los productos más demandados en el mercado brasileño (Foto: Difusión)
Las mandarinas son uno de los productos más demandados en el mercado brasileño (Foto: Difusión)
Manuela Zurita

sigue pisando fuerte fuera del país, afianzando su portafolio frutícola y dando señales al mundo de que la consolidación de la peruana y su apetito por crecer mira incluso más allá de las desérticas costas irrigadas del Pacífico.

El jueves, la corporación hizo público que adquirió unas 1.000 hectáreas de plantaciones (500 con en edad comercial y 500 por instalar) en la provincia de Salto, en el noroeste de Uruguay. Las compró a la empresa Citrícola Salteña, de la familia Caputto, una compañía fundada en 1945, líder en producción de cítricos, con presencia en el mercado externo e interno en los segmentos de frescos e industrializados. 

Salteña, que es una empresa listada en bolsa, anunció la operación el miércoles 11 de abril al Banco Central de Uruguay mediante un hecho relevante. Aunque en el comunicado se reserva la identidad de la compañía, precisa que la operación de compra venta fue efectuada con una empresa internacional e involucra a 837 hectáreas. Además, señala que el contrato acuerda que la vendedora ofrecerá el servicio de packing, envasado y logística de la fruta a la compradora.

HACIA EL MERCADO URUGUAYO

La apuesta por la mandarina para la corporación peruana supone de inmediato que el área en fase productiva de la fruta casi se quintuplique. En el tercer trimestre del 2017, Camposol reportó que poseía 103 hectáreas de mandarina en fase productiva en sus campos en el distrito Chao, en Virú, La Libertad, en la irrigación Chavimochic. Además reportó 117 hectáreas en fase improductiva (que aún no alcanzan la edad comercial).

El peso de las mandarinas en su cartera podría ser aún superior de instalar el más amigable de los cítricos en las alrededor de 500 hectáreas adquiridas. En efecto, teniendo en cuenta el tamaño de la superficie instalada de mandarinas en Uruguay -6.100 ha hasta mayo del 2015, según datos de Uruguay XXI (institución homóloga a Promperú)- esa decisión les permitiría gestionar el 16,6% del área productiva. Así, considerando los envíos uruguayos de la fruta en el 2016 (35.000 toneladas), con un volumen exportable por hectárea de 6 toneladas, con un precio promedio de US$825 por tonelada en el 2017, la actividad reportaría una facturación potencial de US$4,1 millones.

Camposol envió su primer contenedor de mandarinas a EE.UU.
Camposol envió su primer contenedor de mandarinas a EE.UU.

Desde el punto de vista de las ventanas comerciales (de exportación), la corporación accede a una mayor presencia en el año ante los compradores globales. Mientras en el Perú Camposol cosecha de junio a agosto, en Uruguay la campaña de cítricos (incluidas las naranjas y los limones) se realiza de fines de mayo a noviembre. En Salto, en particular, es posible adelantar y retrasar las cosechas gracias la diferencias climáticas extremas de la zona, según el reporte de Uruguay XXI.

LOS RIESGOS Y RETOS

Pero hacer agricultura en Uruguay es diferente que en el Perú, partiendo por los riesgos climáticos, como heladas y sequías. También juegan en contra las amenazas sanitarias que en el caso de los cítricos refieren sobre todo a una: el Huanglongbing (HLB) o Dragón Amarillo, considerado el cáncer de los cítricos por su efecto agresivo y devastador. Aunque Uruguay está libre de la enfermedad, su vector (Diaphorina Citri) fue detectado en la frontera argentina, en Entre Ríos, muy cerca de Salto, en estado precoz, a fines del año pasado, según reportó el Senasa argentino.

Quizá el mayor reto que impongan las mandarinas en tierra charrúa sea comprender y las nuevas condiciones agronómicas de producción y, sobre todo, aceptar los rendimientos, inferiores respecto a los de Chavimochic, que llegan a 59 tn/ha. Esta cantidad, que Camposol destaca como la mayor del mundo en su reporte financiero al tercer trimestre del 2017, es incluso mayor que los competidores directos de Uruguay en cítricos en Europa (hasta ahora su principal mercado): Sudáfrica (con 30,1 tn/ha), España (21.1 tn/ha) y Marruecos (21.1 tn/ha). Eso sin contar que la Unión Europea desde el 2014 elevó los aranceles de exportación de mandarinas de Uruguay al retirar al país del Sistema General de Referencias (SGP).

Con ventas por US$378 millones reportadas en el 2017, acompañadas de un crecimiento del 34% de su Ebidta (hasta US$125 millones), es indudable que el gigante frutícola peruano tiene una estrategia de desarrollo para Uruguay. Solo cabe decir que en Salto también se producen arándanos, el principal negocio de la corporación con unas 1.800 hectáreas y ventas por 13.7 mil toneladas por US$57,8 millones.

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