El ‘boom’ de las casas de playa que se registró entre los años 2010 y 2012 ha terminado. A partir del 2013, con el bache económico interno y externo, la capacidad de consumo fue disminuyendo. “Cuando esto sucede, los productos más afectados son los suntuosos”, asegura Sandro Vidal, gerente de Investigación de Colliers.
Después de algunos años en los que ni el sol costero pudo encender el dinamismo de este mercado, el 2016 trajo consigo algunas novedades con respecto a los usuarios de este segmento inmobiliario y sus preferencias de consumo. “Está aumentando la oferta de departamentos en distritos como Punta Hermosa, Punta Negra, San Bartolo y Santa María para inmuebles como primera vivienda. Su gran ventaja es que están relativamente cerca, a 30 o 40 minutos de Lima moderna”, detalla Eduardo González-Prada, gerente de Producto de Urbania.
Sin embargo, se registra también una menor oferta inmobiliaria para casas de playa pensadas como segunda vivienda, especialmente en Cañete (Cerro Azul, Asia, Bujama, entre otras). Esto, a su vez, sería algo positivo, pues aún existe oferta por colocar, lo que hace que el mercado no entre en tensión.
Demanda
Los compradores también han cambiado. Inicialmente se trataba de familias que ocupaban la casa durante el verano, lo que además brindaba cierto estatus de exclusividad. Sin embargo, en los últimos años, es mayor el número de compradores que tienen como objetivo alquilar el inmueble, lo que hace de Asia un lugar “ya no tan exclusivo”, explica Vidal. Así, en aras de potenciar el uso de la tierra y hacer más rentable el negocio de la venta de estos inmuebles, es cada vez más común el desarrollo de conjuntos mixtos que incluyen casas frente al mar y departamentos en la parte posterior. “El proyecto La Jolla, con este formato, es uno de los más exclusivos en el sur”, agregó el ejecutivo.
A pesar de este contexto, Asia sigue siendo la zona más importante del sur con casi 900 mil búsquedas en el año en el portal Urbania. Mucho más abajo se encuentran Punta Hermosa (500 mil búsquedas), San Bartolo (310 mil búsquedas), Punta Negra (170 mil) y Santa María (125 mil). “Paracas todavía tiene 145 mil búsquedas. Máncora tuvo 73 mil”, agregó González-Prada.
Sur vs. norte
Más de cerca de Lima, el sur y norte chico representan, todavía, una oportunidad para distintas inversiones, aseguraron ambos especialistas. De hecho, más allá del ya conocido problema de agua y saneamiento que enfrentan las playas del sur chico, es atractiva también la zona que no está pegada al mar, espacio en donde se pueden desarrollar casas de campo o playa-campo. “No hay muchos terrenos, la venta en los últimos años han sido baja por temas macroeconómicos, pero es perfectamente viable”, refiere Vidal.
Además, en busca de alcanzar la “exclusividad perdida”, los desarrolladores inmobiliarios han apostado por Paracas, donde hay espacio para proyectos que incluyen hoteles, casinos, malls, entre otros. “[Estos] se irían materializando en los próximos años”, indica González-Prada. En cuanto a los precios de los terrenos, aún no alcanzan los que se manejan en el sur chico, indica Eduardo Lechuga, arquitecto y gerente general de J. E. Construcciones Generales.
Por otro lado, en el norte chico, si bien hay proyectos más pequeños que los que existen en el sur, se trata de esfuerzos aislados que pueden representar una oportunidad interesante de inversión para los primeros que se animen a comprar una casa o un lote, continúa el ejecutivo. “El gran problema del norte es su accesibilidad. El sur es una carretera, el norte es una avenida. La forma desordenada en que ha crecido la ciudad en esa zona es la razón por la que el desarrollo natural [de Lima] ahora tenga foco en Lurín o Pachacámac”, afirma Vidal. Más al norte, Las Terrazas de Huanchaco, en Trujillo, se vislumbran como el “Asia de Lima”, e Illescas, en Sechura, posee un circuito de playas vírgenes que ha sido bautizado como el “Paracas del Norte”, sostiene Lechuga.
2017
Según González-Prada, la tendencia para el próximo año se mantendría bastante homogénea a la del 2016, pero con una mayor demanda para el sur chico, sobre todo por parte de familias de ingresos medios. “[Para el período 2017-2018] la historia es aún impredecible. Hay un menor interés bancario, pero si la situación del país mejora, se podría incentivar la demanda de estas propiedades”. Lechuga, por su parte, se mantiene positivo y confía en que la mayor accesibilidad hacia las playas del sur por la autopista Chincha-Pisco y el segundo tramo Pisco-Ica mejorará no solo los tiempos de desplazamiento, sino también el comportamiento de la demanda. Además, el ejecutivo resalta el interés de las inmobiliarias por contar con su propio banco de terrenos. “Aún es una tendencia tibia, pero de tres a cinco años será más fuerte, pues existirá una demanda de viviendas a atender para los profesionales que trabajarán en las plantas industriales que se están instalando en el sur”, concluye.