Abrir, cerrar y abrir para luego volver a cerrar. Esta era una práctica recurrente de los comercios en el Jirón de la Unión a inicios de los 90, por las constantes manifestaciones y disturbios. Esto, sumado al terrorismo y a los estragos que dejó la hiperinflación a mediados de los 80, sacó de carrera a grandes tiendas como Monterrey (donde hoy opera Oechsle) y a pequeños negocios.
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Sin duda, parecía que la meca del comercio en Lima llegaba a su fin. “Esta época fue difícil, nadie quería alquilar tiendas en el Jirón de la Unión. La inseguridad y el comercio ambulante fue lo que terminó de matar al Centro de Lima”, recuerda Edmundo Calderón, presidente de la Asociación de Comerciantes del Jirón de la Unión y el Centro Histórico de Lima.
Sin embargo, 17 años después la situación es diametralmente opuesta, pues ahora es voraz el apetito de distintas marcas por estar en el Damero de Pizarro.
Pero ¿qué ha despertado tanto interés? Un factor relevante es la reconfiguración de la oferta con la llegada de grandes cadenas como Ripley, Oechsle (frente a la iglesia La Merced), Starbucks, KFC, San Antonio, Rosatel, Sergio Dávila y otras firmas.
“Esta evolución del comercio en Lima empezó hace ocho años y con mayor fuerza hace cinco”, asegura Calderón.
Durante este período se calcula han ingresado 200 nuevas marcas, alrededor de 175 aglomeradas en el centro comercial Real Plaza en el Centro Cívico.
CIMIENTOS DEL CAMBIO
Carlos Castillo, presidente del directorio de Emilima, señala que varias empresas se han animado a invertir en el Cercado a partir de la peatonalización de las calles Ica-Ucayali, como parte del trabajo de recuperación del Centro Histórico de Lima.
“En estos jirones se han asentado más de 20 negocios nuevos como Embarcadero 41 Fusión, Papa John´s, Aranwasi y los ya mencionados KFC, Starbucks, entre otras marcas”, menciona. Se estima que solo esta arteria genera ventas por S/.80 millones al año.
Este nuevo corredor también ha provocado que más de un restaurante amplíe sus horarios de atención. Este es el caso, por ejemplo, del restaurante Adriático que ahora atiende hasta las siete de la noche y de Embarcadero 41 Fusión que abre hasta las diez, en vista del importante flujo turístico que llega a esta zona.
Castillo, afirma, que otros factores que han contribuido son la creación del paseo peatonal de los jirones Áncash y Carabaya, las mejoras de las fachadas de 36 inmuebles declarados monumentos históricos y la iluminación de 19 de ellos.
Todo ello también ha generado que la plusvalía de los inmuebles se eleve. Sandro Vidal, de Colliers International, recuerda que hoy el Jirón de La Unión es la quinta calle comercial con la renta más cara de Latinoamérica, rozando los US$70, en promedio. Mientras que el valor de venta del m² en este mismo corredor podría ascender a los US$5.000, aunque los espacios son escasos. “Toda esta zona es comercial y el terreno vale por el potencial del uso que tiene. Si bien en algunas zonas se puede rentabilizar por altura en nuestro medio no es usual que la gente suba muchos pisos”.
JUGADORES CLAVES
En este gran cambio de Lima, Arte Express es un actor fundamental. La firma, dirigida por Fernando Palazuelo, lleva en su haber la recuperación y puesta en valor de 17 edificios, entre los que destacan la remodelación del hotel Crillón (convertido en 25.000 m² de oficinas), la creación del Urban Hall en la Casa Wiese y los proyectos corporativos en el edificio Sudamericana y el Banco Internacional, entre otros inmuebles.
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