Dentro de la celeridad que le imprimió la pandemia a la transformación digital de las empresas en el Perú, muchas se están poniendo al día con tendencias que ya llevan años en otras realidades. Una de ellas es la del emprendimiento corporativo, espacios que a manera de startups se utilizan para sacar adelante productos o servicios dentro de las propias organizaciones.
Julio Vela, director consultivo de la maestría de Emprendimiento y Nuevos Negocios del Centro de Innovación y Desarrollo Emprendedor CIDE PUCP, explicó que pese a los programas del Estado y el impulso académico, se ha avanzado poco en innovación frente a los demás países. En el ranking de innovación Perú pasó en el 2019 de estar en el puesto 69 al 76 el año pasado.
Para aclarar conceptos, Vela refirió que los gurús del management dicen que la innovación es una herramienta de un emprendedor que aprovecha el cambio para generar un tema positivo. En el Perú llaman emprendimiento al producto de una persona que no ha tenido otra opción y trata de generar su autoempleo. Y para el experto esa relación entre emprendimiento e informalidad hace daño porque el emprendimiento, como se conoce en países avanzados, es la acción de la persona por crear cosas nuevas, cambiar situaciones, y se aplica en todas las industrias.
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El concepto de startups también es otra gran discusión, “porque se difunde como una empresa chiquita, pero no es una empresa, es una organización temporal que está buscando encontrar su modelo de negocio, bajo esa perspectiva la startup tiene flexibilidad y se adapta”, dijo.
Es por ello que no se le puede llamar startups a emprendimientos con 100 trabajadores porque ya son empresas. Además, se desempeñan bajo reglas de juegos distintas.
Respecto al emprendimiento corporativo, Vela señaló que aún es incipiente, por lo que no se ha llegado a generar el perfil de un emprendedor corporativo peruano. Pero sí existen perfiles de emprendimiento, según diversas características. Dentro de ellas están la gestión de riesgos calculados y el enfoque en resultados.
Pero más allá de las características, para las startups corporativas es clave contar con la decisión de la gerencia de permitir estos espacios dentro de la organización, en los que se permite probar, equivocarse, y que no se castigue el error.
Para Vela una cosa es lo que pasa en el mundo y otra en la realidad. La historia de la innovación, explicó, primero fue cerrada porque la competencia era muy agresiva y nadie quería hacer pública la información. Luego entendieron que abriendo ciertos espacios se podía crecer a mayor velocidad y así se crea la innovación abierta.
“En Perú estamos en un periodo anterior, si le preguntas a un empresario de mediana empresa, que no sean de trasnacionales, si va a compartir la información con una empresa o universidad, la respuesta no siempre es positiva. Entonces, lo que está pasando es que hay un universo de empresas (early adopters) que ya han empezado a invertir en startups, porque es más barato comprar la startup que invertir en una cuando sea más grande”, acotó Vela.
Un ejemplo de la compra de startups se vivió hace poco en Perú, cuando empezaron a abrir empresas de microfinanzas. La banca tradicional y más grande al inicio no le dio importancia. Pero de alguna manera era una disrupción de la industria. Los bancos primero quisieron sacar sus propias microfinancieras, y después tuvieron que cerrar y comprar las existentes.
De hecho, la banca es un sector que está abierto a estas metodologías. “Este es un proceso parecido a lo que pasa en el mundo. Ese fenómeno que ya ha pasado en la banca, pareciera que ya lo han entendido y ahora están invirtiendo en la ola de fintech, aun cuando intentan hacer en casa las cosas”, sentenció.
CAMBIO DE CULTURA
Por su parte, Enrique Stiglich Labarthe, director de Administración y Negocios Digitales de UTEC, señaló que desde la aceleradora de negocios UTEC Ventures han visto esa demanda, y también han ayudado a empresas a desarrollar sus intraemprendimientos. Reconoció que esto ocurre porque muchas veces las empresas se dan cuenta que sus estructuras y políticas tienen ciertas barreras para innovar y crear cosas nuevas.
“Crear espacios para la experimentación, prueba y error para que salgan cosas nuevas, es una tendencia que viene desde hace varios años, pero en el Perú es más reciente. La idea de generar emprendimientos e iniciativas dentro de grandes corporaciones se da porque buscan salir de la estructura tradicional”, argumentó el director.
Este proceso conlleva un cambio de mindset porque las corporaciones suelen tener un sentido de autopreservación, donde buscan continuar con lo que les ha funcionado y todos los procesos se diseñan con ese fin. Y puedes tener incluso innovaciones marginales, pero siempre dentro de esa estructura. A diferencia de los intraemprendimientos que permiten salir de esa estructura para hacer cosas distintas, y de paso se atrae el talento digital.
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