Este 2020, en definitiva, será un año de subsistencia para Grin; sin embargo la empresa asegura que vino para quedarse y con el objetivo de que el e-scooter se instale como un medio de transporte más, que dé soluciones de movilidad y más ahora que es necesario mantener el distanciamiento social, afirma su gerente de asuntos públicos e institucionales en Perú, Vasco Mujica.
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“El COVID-19 hará que nuestras finanzas cierren en rojo y que no alcancemos la meta de crecimiento esperado este año, pero no por ello nos vamos a retirar. No vinimos por un año ni dos, sino pensando en el largo plazo”, asevera.
La firma de raíz brasileña -que tiene poco más de un año operando en el país y que estima regresar a las calles de Lima con su sistema de alquiler compartido en setiembre próximo [siempre y cuando no se impongan nuevas cuarentenas]- asegura que su apuesta es tomar el espacio que dejó Movo (parte de Cabify), tras su reciente salida del país.
“Nuestra competencia salió por los estragos de la pandemia, lo cual nos convierte en el único y último actor del mercado. Antes los dos manejábamos entre 7.500 y 8.000 patinetas y eso es lo que podemos llegar a tener nosotros de manera paulatina”, asegura.
Precisamente, esa es la apuesta de la empresa para el consolidado del 2021, aunque dependerá de la receptividad del consumidor y de la apertura y flexibilidad de las municipalidades, ya que aún algunas se oponen a su funcionamiento, indica el ejecutivo.
Cabe resaltar que en el 2019 tres eran las marcas que competían con gran expectativa en este nicho de electromovilidad, siendo Lime (financiada por Google y Uber) la primera en cerrar actividades a inicios de año.
VIABILIDAD
Mujica comenta que para la viabilidad y correcta operatividad de este negocio la capacidad de crecimiento en la ciudad tiene que ser entre distritos colindantes de lo contrario el modelo no funciona.
“Para crecer hacia Chorrillos, por ejemplo, se necesitaría que Barranco nos autorice a operar y esto aplica con todos los demás distritos. Nuestra idea es cubrir, inicialmente, desde La Molina por el este, Chorrillos por el sur y, eventualmente, San Miguel por el norte”, detalla.
Revela que apenas salgan a las calles en setiembre también les tocarán las puertas a las municipalidades de Chorrillos, Magdalena del Mar, Barranco y nuevamente a la de Santiago de Surco, con quien tienen un proceso judicial.
Hoy tienen permisos para funcionar y estacionar los monopatines en Miraflores, San Isidro y San Borja. “Queremos demostrarles a las autoridades que los accidentes en estos vehículos son mínimos y que de haberlos el impacto es de baja gravedad, ya que van a una velocidad de 25km por hora”, dice.
De otro lado, agrega que con la pandemia el principal elemento de evaluación de un usuario a la ahora de transportarse ahora es la seguridad ante el COVID-19, en segundo lugar el tiempo y al último el precio.
Grin, a la fecha, presta el servicio de alquiler mensual de monopatines a empresas (restaurantes principalmente) y al usuario final. Para fines de año planea tener 2.500 scooters en las calles.
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