Al finalizar el CADE 2013, el sector privado ligado al cuidado de la salud se comprometió a invertir más de US$1.000 millones en ampliar la oferta en 2.000 nuevas camas y llevar a la práctica innovaciones como el desarrollo de un sistema virtual de historias clínicas compartidas.
En el primer aspecto los anuncios de inversión de grupos como San Pablo, Auna y Rímac, entre otros, evidencian que se está caminando hacia la meta. Sin embargo, en el segundo punto todavía estamos bastante lejos de lograr dicho objetivo.
Según informó Lolimsa, firma de tecnología médica, solo el 11% de la información de los pacientes –en nuestro país- está en historias clínicas virtuales, un 17% usa parcialmente los medios electrónicos y el 72% restante está anotado solo en papel; al igual que ocurre en Venezuela. Eso significa que ocupamos el octavo lugar en términos de implementación de esta tecnología en la región y solo superamos a Bolivia.
De acuerdo al ránking elaborado por Lolimsa, las clínicas colombianas lideran la región con un 24% de historias clínicas digitales integradas y son seguidas de cerca por Chile y Brasil.
A nivel mundial los países asiáticos lideran el ránking con un 62% de penetración, seguidos de Europa con un 55%. El continente con menor penetración de esta tecnología es África, que tiene un 10%, apenas un punto menos que el Perú.
EXPERIENCIAS
Cuando se habla de historias clínicas integradas se busca no solo que todos los datos médicos de cada paciente estén digitalizados, sino que aun cuando cada aseguradora o clínica tenga su propio sistema, estos dialoguen entre sí o sean compatibles y se pueda compartir e integrar la información entre ellos.
Rolando Liendo, director de Lolimsa señaló que a mayor disponibilidad de la información en línea sobre los pacientes se reducen los índices de mortalidad, además de lograr enriquecer la labor de los médicos para atender variedad de patologías comunes.
Implementar estos sistemas es una tendencia clara en la región. Por ejemplo países pequeños, como Uruguay, acaban de anunciar que destinarán US$ 21 millones a implementar una historia clínica electrónica en todo el país y esperan comenzar a exigir su implementación escalonada dentro de dos años.
A nivel internacional existen varios casos de éxito desarrollados tanto por fabricantes de software de clase mundial como por grupos experimentales locales que están interesados en ofrecer su experiencia a la realidad peruana. Entre ellos se sabe al menos un par de grupos españoles abocados al tema.