Llegó el día en que se revelaron los misterios. Sebastian Dominguez, gerente general de la que fuera Nextel del Perú, presenta hoy ante la opinión pública la que espera sea el nuevo competidor de peso hoy en el mercado: Entel.
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Desde un principio se sospechó del cambio de nombre y de sus intensiones de ganar participación de mercado con grandes inversiones.
Hoy nos muestran que todos teníamos razón: se olvidarán de ser un producto de nicho y entrarán de lleno a pelear un sitio relevante en un mercado masivo, los móviles que hoy solo tiene dos jugadores fuertes: Claro y Movistar. La tarea no será fácil, pero sí que será interesante.
De acuerdo a los montos de inversión anunciados por Nino Boggio, gerente legal de la empresa, la apuesta ha sido duplicar la capacidad instalada que recibieron al comprar Nextel y mantenerse en dicho ritmo (US$250 millones por año) de inversiones por varios años.
Boggio detalló que, hasta fines del 2014, habrán invertido US$1.000 millones, lo cual incluye la compra de la operación de Nextel en el Perú, la compra de la banda 4G e inversiones orientadas a ampliar la cobertura de la red para poder usar las tecnologías 2G, 3G, y 4G.
Eso significa que ahora están listos para el doble de participación (8%) en su primer año y que planean seguir a ese ritmo por varios años hasta lograr el ambicioso objetivo de acaparar el 30% del mercado, es decir, la tercera parte, con Movistar y Claro como competidores de igual a igual.
No los vimos nerviosos, ni asustados, ni temerosos. Están decididos, desafiantes, delirantemente dispuestos a tener casi diez veces más lo que manejan hoy en día en muy poco tiempo. Han diseñado la estrategia y lucen decididos a no darse por vencidos.
Es una carrera para maratonistas de alto alcance, de esos que superan los 100 km de un tirón, pero están dispuestos a llegar a la meta.
¿Tendremos al fin un mercado equilibrado con tres actores fuertes disputando un tercio de la torta? El tiempo lo dirá. Por lo pronto se les ve armados, decididos, dispuestos y con todas las ganas.
Habrá que ver si el mercado responde a la nueva marca, si la oferta de productos es la apropiada en precios y si su promesa de esforzarse al máximo por la calidad en servicio y la experiencia satisfactoria se convierten en realidad. La orden de partida ya está dada.