El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, afirmó este martes que ve signos de “confianza” al nuevo plan organizativo de la compañía, “que algunos han calificado de revolución”, dijo, por lo que se siente muy “motivado” para llevarlo adelante.
Pallete ha hecho estas declaraciones en Nueva York justo antes de recibir el premio Business Leader of the Year (Líder Empresarial del Año) que concede la Cámara de Comercio España-EEUU, en una ceremonia en la que abogó por abordar sin demora "la transición hacia la nueva economía digital", un asunto en el que cree necesario un nuevo "pacto social" o "constitución digital" para que sea sostenible.
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Preguntado por el hecho de que el presidente de Gestamp, Francisco José Ribera, haya comprado acciones de Telefónica, compañía de la que es consejero, por valor de cerca de 25 millones de euros, Álvarez-Pallete aseguró que “lo vemos como una señal de confianza y, así, nos anima”.
"La verdad es que tenemos un plan ambicioso y ahora lo que nos toca es ejecutarlo, y lo que queremos es que en los próximos meses se plasme el esfuerzo que estamos haciendo", abundó.
Telefónica acaba de poner en marcha un plan de acción para transformar la compañía, que persigue priorizar las inversiones en sus mercados estratégicos (España, Brasil, Alemania y Reino Unido), y crear una nueva unidad para el resto de su mercado en Latinoamérica, en donde la corporativa no crece y está abierta a todo.
Además, Telefónica ha creado una nueva unidad digital, que tiene por objetivo generar más de 2.000 millones de euros en ingresos adicionales en 2022.
Según Álvarez-Pallete, este plan "está siendo bien recibido tanto interna como externamente", una reorganización que "algunos han calificado de una revolución, y ahora tenemos el desafío de ejecutarlo y de llevarlo a la práctica y eso es algo que nos motiva mucho"
El presidente de Telefónica, que aprovechó su estancia en Nueva York para hablar con inversores en infraestructuras para Infra, ha expresado su "preocupación por la transición digital, que debe ser igual que con el cambio climático, en todos los ámbitos".
"Cada vez que ha habido una revolución se ha producido ese desafío; queremos que la transición digital no sea solo tecnológica, sino también valores, con un contrato social", una reglas para la gestión de los datos, "con seguridad y control".
En este sentido, ha hablado de la necesidad de una suerte de “constitución digital”, de un nuevo pacto que haga que la revolución digital pueda ser “sostenible”.