Federico González pasa 250 días al año fuera de casa.
Pero este español de 55 años no tiene que preocuparse por encontrar un lugar para quedarse mientras trota alrededor del planeta.
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Como cabeza de la cadena de hoteles Radisson, cuenta con 1.400 alojamientos en el mundo.
Aunque también admite que su presencia puede ser una gran distracción para el personal cuando llega a uno de esos hoteles.
“Si viene el CEO, es una pesadilla para ellos, pues todos intentan ser amables y eso en realidad los distrae de ayudar a los otros clientes”, dice a la BBC.
Durante los últimos dos años ha estado en ese, el puesto más alto de la compañía. Un reciente viaje de negocios lo hizo quedarse en San Petersburgo por tres días, en Moscú dos, en Shanghái dos y en Bangkok uno.
Las únicas dos ciudades donde el personal de los hoteles Radisson no se enfrenta a la distracción de que él reserve una habitación son Madrid y Bruselas, ya que tiene residencias en ambas capitales.
Madrid es donde nació y creció, mientras que tiene otra casa en Bélgica, sede de la compañía.
SUS INICIOS
Tal trabajo de trotamundos le vino perfecto a González, que habla cuatro idiomas y ha estado viajando sin descanso desde que dejó una “casa tradicional de clase media en Madrid” cuando tenía 18 años.
En una misión para ampliar sus horizontes, mientras estudiaba en la Universidad Complutense de Madrid, inició su viaje por el mundo en el norte de Inglaterra en 1982.
"Vine a Sheffield y Chesterfield en campamentos estudiantiles", dice González, sentado en el hotel de cinco estrellas May Fair de Radisson en el centro de Londres.
"Luego me convertí en tutor de estudiantes españoles que venían a Reino Unido a vivir con familias británicas para aprender inglés", explica.
Durante este tiempo, González era un guía que mostraba la ciudad a los jóvenes. Le ayudó a perfeccionar su inglés, y finalmente solicitó el primer trabajo en el mundo corporativo.
“Tenía 24 años y vi un anuncio de trabajo en mi universidad para Procter and Gamble (P&G)”, dice.
"Necesitaban hablantes de español e inglés, obtuve una entrevista. Y cuando me preguntaron, '¿preferirían trabajar en finanzas o marketing?', les pregunté qué era el marketing. ¡No lo sabía!", recuerda.
Después de una búsqueda rápida, eligió marketing y pronto ascendió en las filas de P&G España. Cuando dejó la compañía en 2004, era jefe de su división portuguesa.
UNA DUCHA ESPECTACULAR
Luego vino su primera incursión en el negocio de la hospitalidad, al sumarse a Disneyland París como subdirector general.
¿Qué aprendió de los días que pasó fraternizando con Mickey Mouse y el Pato Donald?
"Me di cuenta de que todo se trataba de la experiencia y la importancia de lo memorable".
En 2013 llegó a la industria hotelera, al dirigir el negocio español de NH Hotels.
Asumió el primer puesto en Radisson en 2017 y dice que todavía está obsesionado con la necesidad de brindarles a los clientes recuerdos positivos.
"Una ducha no es una ducha, tiene que ser un 'ducha espectacular'", dice González.
"Se trata de poner tentaciones en la habitación, chocolates que puedas llevarte a casa. O si alguien está solo en la habitación, podría pensar 'nadie está mirando, así que me los comeré'", señala.
"Esos son pequeños elementos que, junto con la ubicación, la decoración y las personas, hacen que las experiencias sean memorables", explica.
DESTACAR EN LA MULTITUD
Con la industria hotelera enfrentando numerosas presiones, como la desaceleración de las economías, los ambientalistas que quieren que haya menos viajes aéreos, o la competencia de Airbnb, ¿de qué otras maneras pueden los hoteleros destacar entre la multitud?
“Ese es el problema con el que toda la industria está lidiando”, considera Alice Hancock, reportera de la industria del ocio para el diario Financial Times,
"Si nos fijamos en grandes nombres como Marriott, que tiene más de 30 marcas, la idea es que cada marca atienda a un segmento diferente del mercado: lujo, económico, viajero, etc. El beneficio para las grandes empresas es que pueden tener cinco o seis hoteles en el mismo radio, pero se ven diferentes para el consumidor", explica.
Hancock reconoce que todavía hay mucha demanda de habitaciones de hotel y minimiza el impacto de Airbnb.
Aunque admite que el sitio de alquiler de viviendas tiene un efecto definitivo: ha aumentado la demanda "de hoteles con personalidad".
Esto es parte de la razón por la cual las empresas hoteleras como Marriott se están diferenciando.
“SON COMO LOS NIÑOS”
Radisson no es diferente, y ahora también posee las marcas subsidiarias Radisson Blu, Park Plaza y Country Inn & Suites.
La empresa cambió de dueños el año pasado al ser vendida a un consorcio liderado la compañía de turismo estatal china Jin Jiang International Holdings.
González dice que los propietarios chinos le dan libertad para administrar el negocio.
"No hay trabajo en el mundo en el que tengas el control completo, a menos que seas el propietario de la empresa, y ni siquiera entonces, porque quizás los bancos te controlarán", dice.
"Lo importante es si tienes reglas muy claras. ¿Tengo libertad para hacer lo que quiero hacer? Sí", asegura.
Sin embargo, hay factores fuera de su control, como el Brexit en Reino Unido, que Federico dice que hasta ahora ha sido "estable" para su cadena.
Radisson también se vio afectado por un hackeo de datos en 2018, que afectó a los miembros de su esquema de lealtad y recompensas.
González era nuevo en su trabajo en el momento del ciberataque: "Aplicamos los procedimientos más rigurosos, pero siempre hay errores y fallas", dice.
"Hemos aplicado nuevos protocolos, y es importante hacer todo lo posible y reaccionar rápidamente, pero nadie puede evitarlo", señala.
Como padre de tres hijos mayores, continúa visitando numerosos hoteles cada mes, pero hay una cosa que no acepta decir: cuál le gusta más.
“Los hoteles son como los niños, no hay uno favorito”.