Las valores samurai que todo los empresarios podrían replicar
Las valores samurai que todo los empresarios podrían replicar
Marcela Saavedra P.

Trajes y espadas aparte, los de hoy tienen mucho en común de los históricos guerreros , afirma el mexicano Eduardo Azpiroz, quien llegará al Perú en octubre para presentar por primera vez The Samurái Game, una herramienta que busca inculcar lecciones y valores de estos personajes del Lejano Oriente y desafiar el espíritu guerrero de los hombres de empresa. 

—¿En qué se parece un antiguo samurái a un gerente?
Hay muchas similitudes, dependiendo del tipo de gerente. Pero, en líneas generales, cada uno lidera y debe llevar a ganar batallas, en este caso empresariales, a su equipo. Y en ambos casos su accionar se debe reflejar en un código de valores. 

—¿Qué principios deberían manejar en común?
En la antigüedad, la honorabilidad era el pilar más importante para estos guerreros, aun más que su vida, además de la honestidad, el respeto, el compromiso, la compasión, la valentía. En la actualidad no todos los ejecutivos y empresarios están comprometidos con estos valores en su vida y, por ende, en sus organizaciones.

—¿Qué tanto se evidencia este compromiso en la región?
Estamos pasando por una crisis y reflejo de eso son los casos de Panamá Papers y Waked [un presunto blanqueo de capitales revelado en Panamá]. Pese a que hay mucha bibliografía al respecto, no se termina de entender que, para alcanzar el éxito sostenido de un negocio, aplicar la ética empresarial es importante. 

—¿Cómo inspirar la integridad entre los jefes y colaboradores?
Hay que predicar con el ejemplo. En el pasado, un samurái era un modelo que inspiraba a la comunidad. Cuando faltaba a su integridad, la recuperaba con el suicidio. Hoy, se tiene siempre la oportunidad de volver a empezar.

—Ya existen distintas metodologías para ayudar a ejecutivos en el mercado. ¿Qué hace especial a esta?
La experiencia se sustenta en los principios de honorabilidad y servicio. Se trabaja el liderazgo, el compromiso, la responsabilidad y la toma de decisiones a través de una simulación. Se forman dos ejércitos entre los participantes para lidiar una serie de batallas. Cada uno se desafía y aprende que los ‘hubiera’ no existen; a ganar al adversario en su fortaleza y no en su debilidad, fortalecido por estos valores. Al final, la batalla siempre es contra uno mismo y no contra los demás.

— ¿Cómo elegir las batallas que hay que luchar?
Hay que priorizar, pero todo depende de en lo que esté anclada tu felicidad.

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