Rafael Miranda, gerente de División Vivienda Social de Viva GyM, dice que estas viviendas son una tendencia mundial y que en el Perú ya se viene avanzando.
¿Qué beneficios tienen estas edificaciones?
Los beneficios más tangibles se dan tanto en forma de ahorros, como en el aumento de valor de la vivienda. Esto dependerá de dónde se centre el foco de la ecoeficiencia, es decir, energía, agua, gestión de residuos, aspectos bioclimáticos, etc.
¿Es una tendencia mundial? ¿Qué país es líder en edificios eco responsables?
La construcción de edificios sostenibles es, efectivamente, una tendencia mundial. En América Latina, los países que registran mayor cantidad de proyectos con certificación ambiental son Brasil, México, Chile, Costa Rica y Colombia. Nuestro país va avanzando.
¿Los edificios eco sostenibles necesitan de una mayor inversión que los edificios normales? ¿Son más caros para el comprador?
La construcción de una edificación eco sostenible, en la que se podría llegar a ahorrar hasta un 50% en el consumo de energía y hasta en un 40% en el uso de agua, es significativamente más cara que una estándar.
Si queremos masificar la construcción de este tipo de viviendas, se debe promover una vivienda eco amigable, en la que los ahorros estén en algo más del 20% y, si bien se necesita de una inversión inicial mayor respecto de una vivienda estándar, esta mayor inversión es recuperada con creces durante su vida útil. Un ejemplo de esto es lo que viene ocurriendo con la vivienda social, donde el Estado, a través del Fondo Mivivienda, con la finalidad que los promotores inmobiliarios desarrollemos viviendas eco-amigables, viene promoviendo el bono de vivienda sostenible que, justamente, subsidia en gran parte esos mayores costes, de manera que la vivienda no les cueste más a las familias que las adquieran.
¿Por qué es beneficioso vivir en un edificio eficiente en términos de ahorros hídricos y energéticos?
Vivir en una vivienda eco amigable permite a la familia reducir gastos en la operación de la vivienda, es decir, reducir el consumo de agua y energía, cosa que se aprecia rápidamente en los recibos de pago mensuales de estos servicios. Sin embargo, para que esto sea mucho más efectivo, es necesario que el estilo de vida de las familias también cambie respetando más el medio ambiente, con prácticas y hábitos más alineados a una vida sana y sostenible.