En un abrir y cerrar de ojos, llegamos a esa parte del año en la que toca colgar la bicolor en los exteriores de nuestras casas. Julio es el mes en el que desempolvamos las escarapelas y afinamos el oído para escuchar el mensaje presidencial, que este año tan particular con protestas, un ciclón, fenómenos climatológicos y plagas, dará la presidenta Dina Boluarte. Independientemente del tema político, efervescente por naturaleza, al ser este un año económicamente complicado, los mensajes sobre las medidas económicas estarán bajo los reflectores. ¿Por qué? Nos toca todavía navegar las aguas del bajo crecimiento y la aún alta inflación. Expectativa hay, pero ¿qué tipo de mensaje podemos esperar?
El titular del MEF, Alex Contreras, ha adelantado que julio mostraría la tasa de crecimiento más alta del año. Y es que es lógico, pues teniendo cuenta El Niño, es muy difícil que algún otro mes del segundo semestre logre superar a la cifra del mes patrio. Además, el ministro nos viene diciendo que la prudencia fiscal estará por encima de todas las medidas que se ejecuten, y que los planes “Con Punche” y sus variaciones nos seguirán acompañando para reactivar la economía. Así, por ejemplo, podríamos esperar que “Con Punche Turismo” continúe su camino para que este sector no se desvíe de la senda de crecimiento. Y, se esperaría también que el Reactiva Pesquero por S/500 millones anunciado por el ministro de la Producción, Rául Pérez Reyes, termine por encausarse.
Siendo realistas y tomando en cuenta la prudencia fiscal a la que hace referencia Contreras, no esperemos un gran mensaje económico, sino más bien programas focalizados que busquen que los distintos sectores avancen a pesar de los shocks y el inminente Fenómeno de El Niño. Ser ambiciosos en un año como este podría llevarnos a una gran desilusión. Es importante que las autoridades que tengan a cargo los presupuestos no caigan en “quien mucho abarca, poco aprieta”, y traten de maximizar más bien lo que ya funciona. Es fundamental que gasten correctamente, hagan que la aguja de la inversión pública se mueva de manera responsable, y, sobre todo, que agilicen las obras de prevención ante desastres. Aunque evidentes, estas acciones también deberían tener un espacio en el mensaje presidencial.