A veces no queremos ver ciertas situaciones. No vemos, por ejemplo, que hay un problema grave de falta de agua en el mundo si es que toda mi vida tuve acceso a la misma; o que hay una falta de saneamiento si siempre tuve acceso a un servicio adecuado. El privilegio, en cierta forma, hace más difícil verlo.
Alineado a esto, hace dos años, Semana Económica, la Cámara Española e Ipsos, lanzaban una encuesta que evidenciaba la “miopía de la alta dirección”, como la llamaron. Para los líderes hombres, las principales barreras eran la escasez de mujeres calificadas (18%) y la poca disposición de las mujeres para asumir el cargo (15%). Frente a estas mismas preguntas, para las líderes mujeres el principal reto eran los estereotipos de género (19%) y la carga familiar (15%).
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Lo mismo ocurre frente a las brechas de género. En casi seis años trabajando con empresas en Aequales, me atrevo a decir que el primer reto suele ser romper con esa dificultad para ver el problema. Cuando empezamos nuestro trabajo, muchas empresas nos decían que ahí hombres y mujeres tenían las mismas oportunidades de desarrollo o de ascenso. Decían que de cada persona y de su ambición dependía si ascendían o no. De esa manera “justificaban” sus porcentajes tan bajos de mujeres en puestos de liderazgo. Consideraban que esto se debía a que simplemente ellas no querían.
Creo que el riesgo de esa miopía es que veamos el mundo sin una perspectiva de equidad y que no asumamos las diferencias estructurales que enfrentamos las mujeres; los diversos tipos de mujeres. Situaciones como acoso sexual en el trabajo, violencia, sesgos y estereotipos en nuestro entorno que cuestionan nuestras capacidades o incluso la posibilidad de asumir un puesto. También enfrentamos una carga familiar mucho más alta en horas de cuidado y las empresas no necesariamente tienen un plan de equidad para entender esas barreras.
La equidad tiene que ver con atender las necesidades particulares de cada grupo y abordarlas para que todos/as tengan las mismas oportunidades. Un ejemplo concreto en las empresas, tiene que ver, por ejemplo, con entender que hay mujeres embarazadas y contar con lactarios. Entendamos esas brechas, asumamos acciones concretas para cerrarlas y, sobre todo, abramos los ojos.