Dario Valdizán

¿Por qué es tan difícil ahorrar? Muchos motivos son mencionados como respuesta a esta pregunta. Desde la complejidad de instrumentos de ahorro, el alto componente de informalidad en la economía peruana, el bajo ingreso promedio de una familia, la falta de educación financiera, entre otros. En las siguientes líneas buscamos ayudar a responder está pregunta y generamos algunas sugerencias para ayudar al ahorro.

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El tiempo juega en contra del ahorro. ¿Alguna vez ha notado que las personas que protestan por sus bajas pensiones son en su mayoría las personas mayores de 50 años? Es que la jubilación y el choque económico que implica solo se vuelve realidad cuando nos encontramos a vísperas de que se materialice. Esto afecta nuestra capacidad de planear y aún más nos impide realizar las preguntas más relevantes. Las personas en sus 20s que entran a la fuerza laboral ven la edad de retiro como un evento muy lejano y difícil de conceptualizar, por lo que consiguen desasociarse de sus futuras necesidades. Esto junto con un sesgo de positivismo hacia el futuro, mis ingresos de mañana serán mayores a los de hoy, tienen dos impactos importantes: postergan el inicio de nuestro fondo de jubilación, y nos llevan a subestimar nuestras necesidades futuras y, por ende, ahorrar menos de la cantidad adecuada.

En la misma línea ignoramos un efecto inmediato de un incremento salarial, el incremento de nuestra propensión marginal a consumir. Es decir, un salto salarial es acompañado de un salto en gasto (por ejemplo, dejamos de pedir el menú y nos vamos por restaurantes menos económicos). Esto agudiza aún más el problema. Muchas personas terminan preguntándose: Pero si gano el triple de lo que ganaba hace 5 años, ¿Dónde se fue la plata? Nuestra sugerencia, abra el closet, vea las fotos en su celular, revise el bar de su departamento y haga una lista de los restaurantes que fue el último mes, ahí es probable encuentre la respuesta. No son gastos gigantes son los pequeños gastos (o no tan pequeños) que ocurren el día a día que corroen nuestra capacidad de ahorro.

La procrastinación. ¿Cuántas veces se encontró con una fecha extensa para entregar el proyecto, pero solo empezó 24 horas antes? Es lo mismo con el ahorro. El número de productos parecen infinitos, las descripciones densas y aburridas, que el proceso de cambiar nuestro habito actual, a pesar del potencial costo financiero, se vuelve desalentador. Esto sumado a que las consecuencias solo las viviremos en un futuro, hace que la inacción sea un padrón común.

Ahorrar es una lucha emocional. Alguna vez se ha detenido frente al mostrador antes de comprar algo y se ha preguntado ¿lo compro o invierto para mi retiro? Lo más probable es que esa pregunta ni se le haya ocurrido, pero eso es exactamente lo que está haciendo, escogiendo un beneficio de corto plazo y sacrificando una necesidad de largo plazo. Y es que el beneficio emocional que le genera ese gasto supera inmensamente al beneficio económico que recibiría en el largo plazo. El concepto de ahorro es abstracto y va a perder contra un beneficio inmediato. Ahorra es una maratón, mientras consumir es una carrera de 100 metros y la mayoría prefiere correr 100 metros que 42 kilómetros.

El monto importa. Finalmente, muchas personas dicen: gano tan poco que solo gano para sobrevivir, no me da para ahorrar. Pero si usted puede ahorrar un sol por día, y los rentabiliza a la tasa libre de riesgo local, en los últimos 13 años hubiese acumulado un saldo de S/ 7.200, mientras que si hubiese ahorrado 10 soles sería de S/38.425. Digamos, que usted estable como meta llegar a su jubilación con un ahorro de S/ 500 mil y comienza con 25 años a ganar 3 mil soles al mes y, para el año 20 de trabajo usted gana 10 mil soles. Si usted empieza ahorrando 2% al año con progresiones de 4% cada dos años hasta llegar a 18% de su salario mensual en el año 10, usted podría estar ahorrando 20% de su meta para jubilarse a los 65 años. Mientras que, si usted empezara a ahorrar a los 45 años ganando 10 mil soles, tendría que ahorrar el 20% de su salario los próximos 20 años para llegar a la meta.

¿Qué hacer? ¿Debemos leer libros sobre cómo invertir? Sorprendentemente estudios muestran que la educación financiera es un valor agregado, pero no resuelve el problema de bajo ahorro. Debido a que gastar es, en la mayoría de los casos, una decisión emocional. ¿Lo duda? Se estima que más del 60% de los retiros de las AFPs fue a consumo. Es decir, las personas escogieron mayoritariamente gastar hoy que guardar para mañana. Por ende, lo mejor es quitarnos la opción de gastar automatizando el retiro de un monto el mismo día que recibimos nuestros ingresos. Segundo, incrementar el monto que guardamos progresivamente cada año, y finalmente, invierte el monto en un vehículo de inversión simple (por ejemplo, bajo en fees y diversificado). Piénselo de esta forma, si usted no empieza a cuidar de sí mismo, difícilmente alguien lo podrá realizar y nadie quiere ser un peso para sus hijos (si los tuviera).

Dario Valdizán Director Ejecutivo de Buyside Research de Credicorp Capital Asset Management